En la actualidad hay, en el occidente andaluz, al menos siete proyectos de construcción de plantas solares fotovoltaicas que afectarían de manera directa a las aves esteparias, uno de los grupos de avifauna más amenazados por la pérdida de hábitat 

Uno de los elementos clave de la negociación en la COP26 es afrontar el cambio climático y la pérdida de naturaleza de forma conjunta porque, como señala la Ciencia, son dos problemáticas con el mismo origen –el ser humano- y que se retroalimentan 

En las últimas semanas, SEO/BirdLife ha tenido conocimiento de la tramitación de media docena de expedientes de proyectos de construcción de plantas solares fotovoltaicas (PPSFSFF) -y se espera que haya muchos más- y sus correspondientes líneas aéreas de evacuación, en una de las pocas zonas relevantes para las aves esteparias de la provincia de Huelva.  

Esta zona, identificada por SEO/BirdLife como Área Importante para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA), denominada Condado-Campiña, se extiende desde San Juan del Puerto hasta Olivares, ya en la provincia de Sevilla. Esta IBA cuenta con importantes poblaciones de milano real, sisón, cernícalo primilla, aguilucho cenizo y avutarda, especies que verían reducida su área vital de campeo y reproducción con la consiguiente paulatina disminución de sus poblaciones hasta su eventual desaparición. 

“La acumulación de proyectos de construcción de plantas solares fotovoltaicas en zonas de alta sensibilidad refleja la falta de planificación y de coordinación entre administraciones”, afirma Jesús Pinilla, técnico de SEO/BirdLife en Andalucía y añade: “Seguimos asistiendo a un goteo de proyectos sin que parezca tenerse en cuenta sus efectos sinérgicos o acumulados, especialmente sobre el patrimonio natural, y más concretamente sobre las aves esteparias». 

“La COP26 del clima, que afronta su recta final, deja clara, una vez más, la urgencia de avanzar rápidamente en la transición ecológica. Las renovables son fundamentales en este camino y no podemos permitirnos que se ralentice por proyectos mal planificados, sobre todo cuando tanto la información como las herramientas para hacerlo bien están a disposición de todos los actores implicados. Es una cuestión de voluntad y responsabilidad”, añade.  

Una de las cuestiones que la COP26 está poniendo encima de la mesa de negociación -como ya ocurrió en la cumbre COP25, celebrada en Madrid, es que no será posible resolver el cambio climático sin abordar, al mismo tiempo, la alarmante pérdida de naturaleza que sufre el plantea. Es la opinión unánime de la comunidad científica, que la ciudadanía también apoya bajo el popular grito “ni un grado más, ni una especie menos”, habitual en las concentraciones y protestas reclamando más acción climática.    

Situación de las especies que perderían su hábitat 

Según el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas, el milano real y la avutarda están catalogados como En Peligro y el aguilucho cenizo y el sisón como Vulnerables. El resto de las especies mencionadas forman parte del Listado Andaluz de Especies de Interés Especial.  

Actualmente la información más reciente para estas especies establece que:  

  • La población invernante de milano real ha sufrido una reducción del 52,18% en la provincia de Huelva desde 1994, de acuerdo con los resultados del censo nacional realizado en 2014. 
  • Las parejas nidificantes de aguilucho cenizo en la provincia de Huelva se han visto reducidas en un 4-10% entre 2006 y 2017, de acuerdo con los datos registrados en el último censo nacional. 
  • El sisón, aparte de encontrarse en proceso de recatalogación a la categoría de En Peligro a nivel nacional, ha visto reducida entre 2005 y 2016 su densidad en un 36% en la provincia de Huelva, de la que ha desaparecido un 67% de los machos reproductores.  
  • El cernícalo primilla, desde 2011, ha sufrido un descenso poblacional del 60% en la provincia de Huelva. 

Además, varias de estas especies cuentan con su correspondiente plan de recuperación o conservación, instrumento elaborado por la Consejería competente en materia de conservación del medio natural, en cumplimiento de lo establecido en la Ley 8/2003 de la Flora y la Fauna Silvestres y la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.  

En este caso, el sisón, la avutarda y el aguilucho cenizo están incluidas, junto con otras especies, en el Plan de Recuperación y Conservación de Aves Esteparias. Además, SEO/BirdLife destaca que, en el apartado dedicado a las principales amenazas a las que se enfrentan estas aves, el Plan recoge, entre otras, las instalaciones fotovoltaicas:   

“Diversos elementos contribuyen a la alteración de las características ecológicas de los hábitats esteparios, contribuyendo a fragmentar las poblaciones de aves esteparias, al actuar como barreras que limitan el movimiento de los animales y el intercambio genético. Algunas especies más sensibles, como la avutarda, sisón o aguilucho cenizo, evitan las áreas próximas a […] instalaciones industriales fotovoltaicas: Afectan mayoritariamente a las especies que ocupan los cultivos tradicionales puesto que son en estos lugares, las zonas agrícolas menos productivas, donde suelen ser instalados. Las infraestructuras representan, además, una causa de mortalidad directa”. 

Por estos motivos, SEO/BirdLife ha presentado alegaciones a todos estos proyectos, solicitando que se denieguen las autorizaciones correspondientes y reitera su firme compromiso con el desarrollo de las energías renovables responsables.   

Renovables Responsables  

SEO/BirdLife considera que las energías renovables son absolutamente imprescindibles para poder afrontar los dos grandes desafíos de las próximas décadas: el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Por eso, también es absolutamente imprescindible que su necesario despliegue -en todos los tamaños- sea responsable, esto es, respetuoso con los espacios y especies de alto valor natural, y participado por la ciudadanía. Actualmente hay ya muchos más proyectos en tramitación que los necesarios para cumplir los objetivos marcados por el PNIECC para 2030, por lo que es totalmente viable y obligado ser exigentes en la calidad y compatibilidad ambiental de los que se aprueben. Del mismo modo, es necesario avanzar –como parece ser voluntad del conjunto de administraciones- en la extensión masiva del autoconsumo en las ciudades, así como de otros modelos participativos como las comunidades locales.   

Defendemos desde 1993 unas renovables responsables, esto es, concebidas para provocar el máximo beneficio a las comunidades locales y el mínimo impacto ambiental. Junto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se han elaborado dos documentos para contribuir a un desarrollo de renovables responsables: un decálogo para unas renovables responsables y unas recomendaciones sobre zonas que deberían ser prioritarias para el desarrollo renovable y zonas que deberían quedar excluidas.   

Entre otras cuestiones, estos documentos apelan a la necesidad de avanzar lo más rápido posible hacia un sistema energético renovable lo más distribuido posible, basado en instalaciones de menor tamaño y muy pegadas a los principales puntos de demanda, especialmente las ciudades, en donde el despliegue de sistemas de autoconsumo debe ser masivo. 

 

 

 

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