Berta Martín-López, de la Universidad de Leuphana, ha expuesto magistralmente en el Congreso de Ornitología cuáles son los catalizadores sociales que pueden activar la conservación de la biodiversidad, atendiendo a que existen diversas formas de valorar los servicios que nos otorga la naturaleza según los distintos sistemas de valores humanos.

Berta Martín-Lopez_Universidad de Leuphana. ©SEO/BirdLife

Berta Martín-Lopez_Universidad de Leuphana. ©SEO/BirdLife

Según esta investigadora, los ‘valores relacionales’ son los más presentes y habituales en las poblaciones de todo el mundo: ‘valoramos la naturaleza por la relación afectiva que experimentamos hacia ella y son los predominantes en las culturas indígena o rural’.
Se ha presentado también el documento ‘Diecisiete aves para 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible’ donde el medio ambiente y la sostenibilidad se presentan como elementos transversales para el correcto cumpliemiento de todos los ODS.

“Puntos palanca para la gestión sostenible de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas en el siglo XXI” ha sido el título con el que Berta Martín-López, licenciada en Ciencias Ambientales y Doctora en Ecología y Medio Ambiente por la Universidad Autónoma de Madrid ha abierto la jornada del XXIV Congreso Español y VII Ibérico de Ornitología organizado por SEO/BirdLife y SPEA (BirdLife en Portugal).

La investigadora, que actualmente ejerce de profesora en Ciencias de la Sostenibilidad en la Universidad de Leuphana (Lüneburg, Alemania), ha expuesto magistralmente cuáles son los catalizadores sociales que pueden activar la conservación de la biodiversidad, atendiendo a que existen diversas formas de valorar los servicios que nos otorga la naturaleza según los distintos sistemas de valores humanos. Por ejemplo, generalmente, en muchos aspectos, no es coincidente la valoración de un científico, la de un indígena, o la de alguien del medio rural o del medio urbano.

“Por tanto, la diversidad de valores en nuestra relación con el medio natural es fundamental para conocer y evaluar las mejores tomas de decisiones para determinar las medidas de conservación de la naturaleza”, ha subrayado la investigadora.

“Hemos pasado de valorar la naturaleza por su mero valor intrínseco, porque en sí misma tiene un derecho a existir, (paradigma dominante hasta en la década de los 60 hasta los 90), para posteriormente, a partir a comienzos del siglo XXI, incluir una nueva narrativa que incorpora el término de servicios ecosistémicos o valor instrumental, es decir, se empieza a valorarla en función de su aportación económica al ser humano. Pero esta dicotomía entre la subjetividad emocional y mercantilismo oculta otros valores relacionales que se están empezando a tener en cuenta, es decir, la naturaleza me da paz, sentido de pertenencia, me importa o formo parte de ella”, ha explicado Martín-López.

Estos tres modelos de valoración coexisten y se están teniendo en cuenta para fijar posiciones desde la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES) para medir los servicios de los ecosistemas. Pero, ¿tienen todos el mismo peso? Curiosamente, como ha revelado esta experta, a pesar de haber sido ignorados durante décadas, los valores relacionales son los más presentes y habituales en las poblaciones de todo el mundo: valoramos la naturaleza por la relación afectiva que experimentamos hacia ella y son los predominantes en las culturas indígena o rural. “Hasta ahora las valoraciones que se han hecho han sidos monetarias o biofísicas, y ahora somos conscientes de que se necesitan diferentes métodos para reflejar los diferentes valores de la naturaleza”, ha subrayado.

Además, diferentes actores sociales experimentan relaciones con la naturaleza dispares: ganaderos, científicos o turistas viven su relación con el medio natural de manera diferente, y a veces conflictiva. “Sorprendentemente, quienes tiene mayor dependencia a escala local de los servicios de un territorio son los que tienen menor influencia sobre la toma de decisiones. Por eso, incluir diferentes voces requiere la necesidad de incluir distintos actores en la toma de decisiones sobre la naturaleza, y esto es lo que precisamente ha hecho el IPBES, que en todas las valoraciones hubieran agentes de todos los ámbitos”, ha matizado.

En este sentido, es necesario incluir a las comunidades indígenas en la toma de decisiones sobre la biodiversidad, porque , entre otros valores, custodian el 25% de la tierra del planeta y el 40% de los espacios protegidos y tierras vírgenes.

Como curiosidad relacionada con el territorio español, Martín-López ha mencionado cómo su equipo consiguió incluir el ‘carroñeo’ en el IPBES debido a la valoración positiva que tiene este servicio prestado por los buitres, particularmente apreciado por los ganaderos en extensivo y los trashumantes.

Berta Martín-López es miembro de los comités científicos de los programas de EeEcoservices y del Programa de Cambio Ecosistémico y Sociedad (PECS), y está altamente involucrada en la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES)

 

Diecisiete aves para 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible

Tarta ODS © Illustration Azote for Stockholm Resilience Centre, Stockholm University

Según un reciente informe del Banco Mundial, conservar los servicios ecosistémicos prestados por la biodiversidad son fundamentales para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Precisamente hoy, en el marco de XXIV Congreso Español y VII Ibérico de Ornitología, la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, junto con Cristina Gallach, alta comisionada para la Agenda 2030 del Gobierno de España,  presenta la publicación “17 aves para 17 ODS” creada por la ONG para desarrollar sus propuestas en relación con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y enlazados cada uno con una especie de ave.

El fin de la pobreza; salud y bienestar; agua limpia y saneamiento; salud creciente; educación universal; relaciones igualitarias y equitativas; trabajo justo; energía asequible y no contaminante; ciudades y comunidades sostenibles; acción y consumo responsable, o acción por el clima, entre otros, son ODS donde el medio ambiente y la sostenibilidad se presentan como elemento transversal para el correcto cumpliemiento de todos ellos

“Las aves son perfectas mensajeras de nuestro capital natural y del estado de nuestro capital social. Ellas muestran a menudo los comportamientos que debemos erradicar y, a su vez, los nuevos caminos a trazar”, apunta en este sentido Asunción Ruiz.

Hace cuatro años, Naciones Unidas aprobó con el apoyo de 193 países, incluido España, los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el marco de la Agenda 2030 con el fin de convertir este planeta en un lugar mejor para vivir en armonía con la biodiversidad.

Precisamente, en esta jornada se han repasado diversos proyectos y programas de SEO/BirdLife que están contribuyendo a la consecución de los ODS y el grado de implantación de la Agenda 2030 a nivel nacional. Uno de ellos es el proyecto Life Followers, coordinado por SEO/BirdLife en alianza con el Cuerpo Europeo de Solidaridad, que cumple con el objetivo 4 “Educación de calidad” de los ODD. Se trata de acciones de voluntariado para aprender, vivir experiencias y formarse en la defensa profesional del medioambiente en los espacios Natura 2000, la gran red europea de espacios protegidos. Hoy en el marco del congreso de ornitología hay prevista una charla-coloquio sobre este proyecto y la ciencia ciudadana.

Además, en la sesión de ayer “Servicios ecosistémicos y pérdida de biodiversidad”,  coordinada por Luis Tirado (SEO/BirdLife), y con la participación de José María Martínez, del Gobierno de Aragón, se puso sobre la mesa cómo los ecosistemas saludables mitigan los efectos del cambio climático, respaldan una economía ecológica, crean oportunidad de empleo y mejoran la biodiversidad. La UICN calcula que hasta un 25% de las especies animales europeas están en peligro de extinción y el IPBES ha confeccionado una evaluación mundial del estado de la naturaleza, los ecosistemas y las contribuciones de la naturaleza a las personas. En esta línea hay 11 proyectos financiados por el Séptimo Programa Marco (7PM) y de Horizonte 2020 de la UE, proyectos que revelan la necesidad de investigar sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos para garantizar la sostenibilidad de Europa, y su relevancia para los objetivos políticos mundiales actuales y futuros.

Durante estos días se desarrolla un programa de actividades que incluye sesiones científicas, comunicaciones orales, presentaciones de pósteres, reuniones de grupos de trabajo y mesas redondas. Además será posible disfrutar de excursiones ornitológicas y de un programa de actividades paralelas, pensado para acompañantes y para la población local. 

El XXIV Congreso Español y VII Ibérico de Ornitología está organizado por SEO/BirdLife y SPEA (BirdLife en Portugal) con la colaboración especial del Patronato Provincial de Turismo de la Diputación de Cádiz y del Ayuntamiento de Cádiz. Además, cuenta con el patrocinio de Aguas de Cádiz, Eléctrica de Cádiz, Grupo Tragsa, Fundación Iberdrola, Grupo Red Eléctrica, Ecoembes, Ferrovial, Microsensory y Sony.

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