• SEO/BirdLife y la Junta de Extremadura marcan con un emisor por satélite, por primera vez en España, un ejemplar de esta rapaz para seguir al detalle su migración
  • El ejemplar de abejero europeo crió en el Valle del Jerte el año pasado y tras recorrer casi 10.000 kilómetros y pasar el invierno en África ha vuelto a las mismas sierras extremeñas, donde ha vuelto a anidar
  • SEO/BirdLife advierte sobre la importancia de conservar los robledales del norte de Extremadura, lugar clave para esta especie en España

 

‘Picoto’, un abejero europeo marcado con satélite en el Valle del Jerte (Cáceres), dentro del programa Migra. ©Domingo Rivera

 

 

Un ejemplar cacereño de abejero europeo, una rapaz de mediano tamaño propia de ambientes forestales, ha sido el primero en ser equipado en España con un emisor por satélite de última tecnología gracias a la colaboración entre SEO/BirdLife y la Junta de Extremadura. Esto está permitiendo obtener notables hallazgos sobre la biología de esta especie, poco conocida por el público en general y aún no estudiada del todo por los ornitólogos. El ejemplar, un macho adulto, ya ha sido bautizado y, tratándose de un ave que anida en las laderas del cacereño Valle del Jerte no ha podido recibir mejor nombre que Picoto.

 

Ruta seguida por Picoto entre el Valle del Jerte y las selvas de Liberia, donde pasa el invierno. ©SEO/BirdLife

Picoto ha demostrado ser un consumado viajero y un ave con querencia por el mismo rincón de Extremadura. Tras anidar el verano pasado en el Valle del Jerte, donde sacó adelante a una cría, Picotín, voló hasta África para pasar el invierno. Después ha recorrido casi 10.000 kilómetros para volver al mismo rincón de Extremadura, un fresco bosque de robles melojos o rebollos (Quercus pyrenaica) a unos 1.000 metros de altitud en las laderas del Jerte, donde esta temporada ha vuelto a anidar.

 

Picoto fue capturado y equipado con un emisor por satélite el 26 de julio de 2012 por un equipo de técnicos de la Junta de Extremadura y SEO/BirdLife. Es la primera vez en España que se sigue con esta tecnología a un ejemplar de la especie. Como explica Javier Prieta, coordinador del grupo local SEO-Cáceres, que participó en el marcaje y sigue día a día la evolución de Picoto, al abejero europeo o halcón abejero (Pernis apivorus) es una rapaz de mediano tamaño que cría en bosques de hoja caduca europeos e inverna en zonas selváticas africanas. A pesar de ser una rapaz de un kilo de peso, se alimenta de insectos, especialmente de avispas. Los abejeros se dispersan durante la época de cría por la mitad norte de España, pero coinciden en el Estrecho de Gibraltar durante la migración.

 

Se temió que hubiera muerto en Liberia

 

Tras su marcaje en julio de 2012 y hasta el 30 de agosto de 2012, cuando comenzó su viaje migratorio al sur, Picoto prosiguió con éxito la crianza de Picotín, el único pollo que contenía su nido.

Los mapas de seguimiento por satélite, que pueden descargarse en la aplicación online www.migraciondeaves.org de SEO/BirdLife, muestran el viaje de ida y vuelta que hizo hasta su destino invernal en Liberia. El viaje de ida duró 17 días, entre el 30 de agosto y el 15 de septiembre de 2012. Un total de 4.085 kilómetros de distancia en línea recta, a una media de 255 kilómetros diarios, con un máximo de 329 kilómetros recorridos en una jornada, explica Javier Prieta.

 

«Picoto paró en la laguna de La Janda (Cádiz) un día, cruzando el Estrecho de Gibraltar el 1 de septiembre. Ese día concreto se registró el paso máximo de abejeros de la temporada en Tarifa (Cádiz), más de 10.000 aves. Por tanto, Picoto iba más que acompañado. Luego pasó por Marruecos, Argelia, Mauritania, Malí y Guinea, en un viaje bastante directo a través del desierto del Sáhara», explica Javier Prieta, de SEO/BirdLife.

 

 

Momento del marcaje del abejero europeo ‘Picoto’ en el Valle de Jerte, en verano de 2012. ©Domingo Rivera

 

 

La estancia en Liberia estuvo llena de incertidumbre, pues apenas se recibían señales del emisor, muy espaciadas en el tiempo y siempre en un área muy reducida. Se llegó a sospechar de la muerte de Picoto. Pero por fin, después de siete meses de dudas, Picoto voló rumbo norte el 15 de abril de 2013. «Seguramente la causa de la falta de emisiones entre octubre y abril fuese el hábitat selvático donde el abejero permaneció, impidiendo la densidad de los árboles de la selva ecuatorial africana la correcta carga de las batería por las placas solares y la correcta conexión con los satélites», explica Javier Prieta.

 

La vuelta de Picoto hasta su hogar extremeño fue casi un calco de la ida. Sólo duró un día menos, 16 días, entre el 25 de abril y el 10 de mayo de 2013. Se extendió 200 kilómetros más (total de 4.274 kilómetros en línea recta), a una media de 267 kilómetros diarios, con un máximo bastante más largo de 512 kilómetros en un día. Como curiosidad, la velocidad máxima de 41 km/hora. Los países atravesados fueron los mismos en sentido inverso: Guinea, Malí, Mauritania, Argelia y Marruecos. El 8 de mayo cruzó el Estrecho y el día 10 de mayo ya ocupaba su nido del año anterior en el Valle del Jerte. A partir de entonces, por motivos de seguridad en la reproducción, los datos del emisor han dejado de hacerse públicos, pero Picoto sigue fiel a su nido y está criando con normalidad.

 

 

Lecciones para la conservación

 

El seguimiento de Picoto ha permitido confirmar el valor que los robledales del norte de Extremadura tienen como hábitat de esta singular especie. Para Marcelino Cardalliaguet, delegado territorial de SEO/BirdLife en Extremadura, «es un aviso sobre la necesidad de conservar y mejorar el estado de estos bosques, sometidos a una fuerte presión y que han perdido mucha extensión y calidad de conservación». «Los robledales y los castañares del norte de Extremadura son maravillas ecológicas, islas húmedas en medio de un ambiente seco y que han resistido todo tipo de avatares climáticos. Que aves como los abejeros encuentren en ellos uno de sus mejores refugios en España es otra muestra más de su enorme valor ecológico. SEO/BirdLife va a trabajar para que todos los robledales y castañares del Valle del Jerte se incluyan en Red Natura 2000 y sean conservados para el futuro», afirma Marcelino Cardalliaguet.

 

 

‘Picoto’, en su nido en el Valle del Jerte. ©Javier Prieta

 

 

Sobre el programa Migra

 

El marcaje de Picoto se ha llevado a cabo dentro del programa Migra, puesto en marcha en 2011 por SEO/BirdLife con la colaboración de la Fundación Iberdrola, incorpora las últimas tecnologías en sistemas de geolocalización y seguimiento remoto para conocer con mayor detalle los movimientos de las aves dentro y fuera de nuestro país. La Junta de Extremadura colabora con el proyecto marcando todos los años varios ejemplares de diversas especies, como águilas calzadas, carracas y aguiluchos cenizos. En la aplicación www.migraciondeaves.org se acumulan ya 250.000 localizaciones de 171 ejemplares de 18 especies de aves. El objetivo es llegar a conocer los movimientos, rutas migratorias, áreas de invernada y movimientos dispersivos de todas las especies de aves presentes en España.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comparte