Los aficionados a las aves ya hemos podido observar la llegada de las primeras golondrinas comunes que anuncian la proximidad de la primavera.

 

golondrina barro Miguel Angel Rojas Ruiz

Foto: Miguel Ángel Rojas Ruiz

 

 

Estas aves son también un magnífico ejemplo de eso que Darwin llamó “selección sexual”, que hace que en algunas especies uno de los sexos, habitualmente los machos, muestren caracteres llamativos en color, forma o comportamiento. Estos caracteres parecen ir en contra de la selección natural por medio de la adaptación al medio, ya que pueden atraer a depredadores o dificultar los movimientos de sus portadores. Esta selección sexual es por tanto responsable del dimorfismo sexual que observamos en ciertas especies y aparece como consecuencia de la competencia entre los miembros de un sexo por reproducirse (caso de los cuernos de los ciervos) o porque las hembras (en algunos casos los machos) seleccionan su pareja en base a un carácter.

 

En las golondrinas, machos y hembras son básicamente idénticos con una salvedad: en los primeros la cola es significativamente más larga que en las segundas.

 

Dado que los machos de golondrina no pelean ni se intimidan entre sí usando sus largas colas, sólo queda la opción de que las hembras se fijen y mucho en el tamaño de las colas de sus pretendientes… y ¡no os riáis!, que esto de verdad es un tema serio. 

 

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Golondrinas macho, hembra, y cría volandera. Juan Varela

Por fortuna  es relativamente sencillo comprobar experimentalmente esta eventualidad capturando machos antes de que se emparejen y creando tres grupos de aves: a unos se les recorta la cola, a otros se les deja igual y a los miembros del último grupo se les alarga por medio de extensiones. Estos machos se sueltan y se observa cuáles se emparejan primero… ¿Adivináis? Pues sí, son los machos a los que se ha alargado la cola los primeros en conseguir pareja, mientras que los que han sufrido el acortamiento son elegidos en último lugar. Pero, además, las hembras pueden abandonar a su pareja poco después de haber establecido “la relación” para buscar un nuevo macho, y son también los machos con la cola corta los que sufren una mayor tasa de abandono. Por contra, los de cola larga son preferidos por las hembras para tener relaciones al margen de su legítima pareja (si, entre las simpáticas y alegres golondrinas también existe la infidelidad).

 

¿Por qué las hembras se fijan en la longitud de la cola?

 

Otro experimento demostró que para los machos una cola muy larga es un hándicap que resta maniobrabilidad a su vuelo. Se hizo cruzar volando un recinto atravesado  por un entramado de cuerdas a machos con distintas longitudes de cola. A estas aves se les había manchado con tinta los extremos de las alas de forma que si chocaban con las cuerdas dejaran una marca sobre ellas, siendo los machos de cola corta los más ágiles y los de cola larga los que más colisiones sufrieron.

 

De esta forma los individuos que portan una cola muy larga deben compensar este hándicap diario a base de excelentes reflejos y excelente condición física, mientras que una cola más corta puede enmascarar limitaciones de otro tipo al facilitar el vuelo de los portadores. Así es como la longitud de la cola de los machos se convierte para las hembras en un indicador visible de la “calidad” de sus pretendientes.

 

Luis Martínez, área Social de SEO/BirdLife

 

 

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