2018 ha sido el año en que Olivares Vivos ha publicado un estudio único en el mundo que muestra la gran biodiversidad del olivar andaluz y el hallazgo de una nueva especie botánica, la Linaria qartobensis.

2018 ha sido el año en el que se han puesto cifras objetivas a la riqueza de fauna y flora del olivar. El informe “Olivar y biodiversidad”, realizado en el marco del proyecto LIFE Olivares Vivos que coordina SEO/BirdLife, ha revelado la gran biodiversidad que alberga este cultivo en Andalucía y su potencialidad de recuperación. Una diversidad que sin embargo varía sustancialmente entre olivares, ya que se llega a reducir hasta en una tercera parte en aquellos situados en paisajes simplificados y gestionados sin cubierta herbácea.

 

Linaria qartobensis, la nueva especie localizaza en uno de los olivares demostrativos del proyecto Life Olivares Vivos. Autor: Gabriel Blanca

En el estudio, realizado en cuarenta olivares repartidos por la región, los técnicos e investigadores de la Universidad de Jaén y la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC, recabaron y analizaron casi 300.000 registros de flora y fauna a lo largo de más de un año. Gracias a este trabajo, considerado el más importante del mundo sobre la biodiversidad del olivar, se registraron 165 especies de aves (el 25% de las que se localizan en la península Ibérica), 58 de hormigas (el 20% de las de la Península), 119 de polinizadores, y  686 de flora (el 17% de la flora andaluza). Un esfuerzo sin precedentes al que puso la guinda el descubrimiento de una nueva especie botánica para la ciencia, la Linaria qartobensis.

 

De igual manera, durante este año se ha conocido que el 70% de los olivicultores están muy preocupados por la pérdida de biodiversidad y estarían dispuestos a adoptar modelos de olivicultura más favorables a su conservación. Una cifra que sube hasta el 90% si esa recuperación de la flora y la fauna que tradicionalmente ha acompañado al cultivo repercutiese en su rentabilidad. Éstas son dos de las principales conclusiones de un informe publicado, en el que se analizaron 64 entrevistas con olivareros andaluces y que fue realizado por la Diputación de Jaén en el marco de este Proyecto.

Conservar sobre el terreno: de nuevas plantaciones a la recuperación de la lechuza
Asimismo, Olivares Vivos ha consolidado su labor de recuperación de la biodiversidad en los 20 olivares demostrativos en los que trabaja. Hasta final de año,con las colaboración de las olivareras y olivareros que forman parte de él, se han plantado más de 20.000 leñosas en espacios improductivos o sembrado casi 17.000 metros cuadrados con herbáceas silvestres. Asimismo, se han levantado 18 postes-nido para pequeñas rapaces, colocado 110 cajas-nido para aves de menor tamaño o 16 para murciélagos, 95 hoteles de insectos y construido 8 charcas y 20 bebederos, para mejorar el hábitat para la fauna.Un trabajo protagonizado también por voluntarios y empleo verde local.

A ello se le añade otro hito del Proyecto, la reintroducción de la lechuza común mediante crianza campestre o hacking en un antiguo pajar del olivar demostrativo “Cortijo de Guadiana”. En total, 14 pollos de lechuza han completado su desarrollo con éxito y permitido que el Ave del Año 2018 de SEO/BirdLife haya encontrado su hábitat entre estos olivares.

De lo local a lo internacional: un diálogo vivo con olivicultores
Unos logros alcanzados gracias al trabajo en equipo (también con las corporaciones locales a través de la Red de Municipios por los Olivares Vivos, que integra ya más de 60 municipios), que, en otro plano, ha permitido que centenares de agricultores hayan conocido el Proyecto en talleres, jornadas y cursos, entre los que destacan los organizados por el IFAPA (Instituto para la Formación Agraria y Pesquera de Andalucía) y que estuvieron destinados a jóvenes agricultores. Además, muchos de ellos pudieron comprobar directamente en los olivares demostrativos o en el divulgativo, que gestiona Olivares Vivos en el Parque Científico y Tecnológico de Geolit (Mengíbar, Jaén), las actuaciones puestas en marcha y las posibilidades que la biodiversidad ofrece para mejorar la rentabilidad en sus fincas. Una intensa labor que ha hecho que ya haya casi un centenar de interesados en formar parte de Olivares Vivos, a partir de 2020, e incluso algunos realicen actuaciones de mutuo proprio guiados por el Proyecto.

Olivar en Andalucía, hábitat agrícola utilizado por la perdiz roja ©Nito-shutterstock.com

Y es que, el trato directo y la interlocución son imprescindibles para el éxito del mismo, pero no sólo en el ámbito local, sino también en el internacional. Un ámbito más lejano e igualmente necesario que este año ha estado enfocado a dos países: Italia y Portugal. Allí, se ha hablado de los objetivos y valores perseguidos en visitas a olivicultores yen eventos científicos, como el Salón del Gusto, de la Feria Terra Madre de Turín (Italia), o el Congreso Ibérico sobre Investigación en Agroecología, de Évora (Portugal).

Transformar biodiversidad en rentabilidad
Pero Olivares Vivos no sólo busca recuperar biodiversidad, sino también transformarla en rentabilidad para el agricultor, a partir del reconocimiento de los consumidores del valor añadido de los aceites de oliva virgen extra (AOVE) producido en estos olivares. Para ello, los investigadores del Grupo de Investigación “Marketing UJA” de la Universidad de Jaén, integrados en el equipo del Proyecto, trabajan en el diseño de la mejor estrategia para posicionar la futura marca de garantía Olivares Vivos como valor reconocido y apreciado en el mercado del AOVE. Este año, se ha realizado y analizado una encuesta multipaís (3.200 encuestas realizadas en Alemania, Reino Unido, Dinamarca y España) para conocer los “aspectos clave del consumidor potencial de los AOVE Olivares Vivos”. Un paso fundamental en la conformación de dicha estrategia comercial, al que ha seguido el diseño experimental de los primeros ensayos directos de comercialización bajo la marca Olivares Vivos, que se llevarán a cabo en 2019.

El olivar desde la escuela
A todo ello, se suman los miles de niñas y niños que, junto a sus profesores, han compartido la campaña escolar “Olivares Vivos, una aventura muy cercana”, en la que han conocido -con el apoyo de un cuaderno didáctico- la historia que hay detrás del olivar,la evolución en su manejo durante las últimas décadas o cómo ésta ha repercutido sobre la biodiversidad. Por otra parte, la guía “Saberes, artes y costumbres en el olivar tradicional” ha recuperado documentos etnográficos sobre el mundo del aceite y el olivar, lo que se espera que sea un punto de partida para apreciar el inmenso patrimonio cultural olivarero y que sirva como otra palanca dela recuperación del patrimonio ambiental.

“Con todo este trabajo, Olivares Vivos encara 2019 con optimismo y mucha ilusión para seguir avanzando. Seguro que será un año en el que trabajaremos muy duro en el olivar, en la escuela y en los mercados, para mantener en alto todas las expectativas que ha generado este Proyecto. Cada vez estamos más cerca de hacer realidad y poder replicar este modelo de olivicultura que, con la complicidad de productores y consumidores, llenará de vida nuestros olivares”, concluye José Eugenio Gutiérrez, Delegado de SEO/BirdLife en Andalucía y coordinador del proyecto.

 

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