Este proyecto podría provocar graves impactos ambientales a especies y espacios protegidos del centro de Asturias
Hemos presentado alegaciones al proyecto eólico de Bufaran dentro del procedimiento de evaluación de impacto ambiental que llevará a cabo el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Además, es un proyecto contrario a las propias Directrices del Miteco para los estudios de impacto ambiental de centrales eólicas, entre las que se encuentran evitar espacios de la Red Natura 2000 o instalarlas a menos de dos kilómetros de zonas habitables.
La central eólica de Bufarán supondría la décima (siete operativos y tres más en tramitación) que se ubicaría en una zona de especial valor ecológico al formar parte de un importante corredor migratorio de aves y una zona también con presencia habitual de oso pardo. Concretamente, la central eólica de Bufarán se proyecta con una potencia total instalada de 68,2 MW y consta de 11 aerogeneradores de 200 metros de altura dispuestos a lo largo de dos cordales, 20 km de líneas eléctricas de alta y media tensión, 9,5 km de pistas de 6 metros de anchura y una subestación eléctrica, afectando a los concejos de Candamo, Las Regueras e Illas, en Asturias.
Y todo esto en un enclave declarado por la normativa asturiana de ordenación y zonificación del aprovechamiento eólico como “zona de baja capacidad de acogida”, donde únicamente se pueden desarrollar “instalaciones eólicas de pequeña entidad pero no para grandes parques”. La misma norma legal establece también la prohibición del desarrollo de estas instalaciones industriales en el “área de distribución actual y potencial de oso pardo”, como así lo demuestran no solo las observaciones habituales en los enclaves afectados, sino también el pago de los daños provocados en la zona por el plantígrado mediante la apertura de expedientes por parte de los Agentes del Medio Natural del Principado.
Impactos en el Patrimonio Natural y la Biodiversidad
Este enclave natural del centro occidente asturiano es un área clave para la supervivencia de un buen número de especies de flora y fauna, y además es una zona de paso migratorio para millones de aves y una zona de interés por su diversidad para los murciélagos. Así lo atestigua su rica biodiversidad, que solo en la zona que se vería afectada por el proyecto cuenta con al menos 136 especies de aves, 19 especies de murciélagos, 36 especies de otros mamíferos, entre los que destaca el oso pardo, 8 anfibios, 10 reptiles y al menos 9 especies de invertebrados amenazados. La mayor parte de estas especies están protegidas por las Directivas europeas, han sido incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas o están contempladas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Asturias. La instalación de esta central eólica provocaría un aumento exponencial del riesgo de mortalidad por colisión de aves y murciélagos amenazados, algunos de ellos catalogados como En Peligro de Extinción y protegidos a nivel estatal y autonómico, como el milano real, alimoche común, águila real o halcón peregrino, con nidos a tan solo unos cientos de metros de la zona de afección.
En el caso de los murciélagos, hay que subrayar que en la zona de afección se ha documentado la presencia de al menos 19 especies, es decir, la práctica totalidad de las especies presentes en Asturias y casi el 60% de las especies presentes en la península ibérica, lo que da una idea de la gran importancia de la zona a nivel quiropterológico.
Zona de afeccion del proyecto eolico en el Pico Cimero visto desde Las Ablanosas (Las Regueras) Autor Carlos Corominas
Además del grave impacto para las especies amenazadas hay que recordar que habría una grave afección directa a espacios protegidos a nivel autonómico y europeo, integrados en la Red Natura 2000, como es la Zona Especial de Conservación (ZEC) del Río Nalón, que se vería directamente atravesada, y que se produciría la destrucción directa de especies protegidas de flora y de Hábitats de Interés Comunitario, algunos de ellos prioritarios, protegidos por la Comisión Europea. SEO/BirdLife considera que los impactos esperados del desarrollo y explotación de este proyecto eólico podrían afectar a los valores por los cuales fueron declaradas la ZEPA ES0000318-Cabo Busto-Luanco (<10 km), la ZEPA ES0000315-Ubiñas-La Mesa (<15 km), la ZEPA ES0000320-Embalses del Centro (<10 km) y la ZEPA ES0000494-Espacio Marino Cabo Peñas (<15 km), así como la ZEC ES1200029-Río Nalón (0 km; atravesado y con afección directa), la ZEC ES1200031-Río Pigueña (<10 km), la ZEC ES1200040-Meandros del Nora (<5km), la ZEC ES1200030-Río Narcea (2,5 km), la ZEC ES1200052-Río Trubia (<10 km), la ZEC ES1200055-Cabo Busto-Luanco (<10 km).
Falta de rigor y calidad de los estudios para la evaluación ambiental
Y es que los estudios elaborados por la promotora para cumplir con la tramitación sobre la evaluación del impacto de este proyecto eólico, y sus infraestructuras asociadas, presentan un escaso rigor y calidad, ya que no solo no utilizan la mejor y más reciente información científica y técnica disponible, sino que incorporan datos y afirmaciones erróneas sobre aspectos fundamentales, como las condiciones meteorológicas o las áreas de cría de rapaces amenazadas. Tampoco se ha evaluado adecuadamente el efecto sinérgico y los impactos acumulativos que podría tener el desarrollo de estas instalaciones, ya que incluyendo este nuevo proyecto sumarían un total de 10 parques eólicos (7 en funcionamiento y 3 en estado de tramitación), con un total de 254 aerogeneradores, en un entorno de unos 25 kilómetros de radio. Tampoco evalúan este impacto con respecto a las líneas eléctricas, ya que en la envolvente de 25 km se encuentran un total de 2.581 km de líneas eléctricas aéreas (2.558 km en funcionamiento y 23 km en estado de tramitación. A este respecto, más grave es, si cabe, que la falta de evaluación de los efectos sinérgicos y acumulativos con respecto al Parque Eólico de Peña del Cuervo, situado a menos de 2 km del proyecto eólico Bufarán.
Mapas de compatibilidad para unas #RenovablesResponsables
Desde 1993, cuando se instaló la primera gran central eólica en España, en pleno corredor migratorio en Tarifa, hemos estudiado y denunciado el impacto ambiental de unas renovables no responsables, dado que el despliegue de esta energía no puede dar la espalda a la biodiversidad.
El dónde importa y, por eso, hemos desarrollado mapas de compatibilidad de las energías renovables terrestres con la biodiversidad, que considera deberían ser utilizados para complementar la zonificación ambiental ya elaborada por el Ministerio para a Transición Ecológica y el Reto Demográfico, así como aquella que se pueda haber elaborado en el ámbito autonómico. Es imprescindible que los proyectos encaminados al aprovechamiento de energías renovables se localicen en aquellas zonas consideradas, a priori, como menos dañinas atendiendo a lo dispuesto en los mismos, sometiéndose posteriormente al preceptivo trámite de evaluación ambiental.
Hemos puesto a disposición de Administraciones, empresas y colectivos conservacionistas y ciudadanos estos mapas de compatibilidad para favorecer una transición energética ágil, justa y sostenible. Muestran que entre un 23 y un 26% del territorio (según tipo de energía) presenta baja sensibilidad y, por lo tanto, menos riesgo para el despliegue necesario de las energías renovables en nuestro país.
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