Una vez construida y ubicada nuestra caja nido, más emoción: ¿quiénes la elegirán?, ¿cómo acondicionarán el espacio?, ¿cuándo incubarán? El ornitólogo Luis Martínez responde a todas estas preguntas en la cuarta entrega del #MesdelosNidos

 

La construcción del nido

Herrerillos comunes criando en un hueco natural. Foto Kletr/Shuterstock.com

Herrerillos comunes criando en un hueco natural. Foto Kletr/Shuterstock.com

Las pequeñas aves pueden comenzar a buscar el lugar donde construir su nido en pleno invierno (por ello no debe extrañarnos que las cajas nido que pongamos en nuestro jardín durante este mes no sean ocupadas hasta el año que viene).

Una vez que una pareja se decide a ocupar una de nuestras cajas para criar en su interior -también pueden haberla elegido en invierno como lugar donde dormir a resguardo de las inclemencias meteorológicas (¡En una ocasión se encontraron 61 chochines durmiendo dentro de una caja nido!)-, deben afrontar el inmenso reto de construir un nido. Como ejemplo, carboneros comunes y herrerillos comunes dedican dos semanas a su elaboración, y puede pesar más de 40 gramos (un herrerillo pesa unos 10 gr). Cuanto mayor sea el tamaño de la caja nido mayor será el tamaño del nido y, por tanto, mayor el esfuerzo que deben invertir. Por tanto, mejor no hacer cajas excesivamente grandes para estas aves.

Ambas especies crean una gruesa base de material aislante en la base de la caja nido: los herrerillos suelen emplear musgo seco, mientras que los carboneros recurren a pequeños palitos y algo de musgo. En el centro de esta capa «base» dejan un hueco con forma de cuenco diminuto que forran con diversos materiales suaves y «cálidos» como plumas y pelo. Sin embargo, la clave en la elección de los materiales es su disponibilidad en las cercanías del nido, ya que las aves van a tener que recorrer cientos de veces la distancia que separa la zona de recolección del punto donde se ubica el nido.

 

Simpático video del canal de Youtube de ldkNsc, en el que un ave muestra mucho descaro arrancando el pelo de un perro mientras duerme. Por lo que se aprecia, el valiente pajarillo ha encontrado una excelente e inagotable fuente de material para su nido.

Fantástico time lapse del proceso de construcción del nido por una hembra de herrerillo común; canal de youtube de Brett Oliver (estos vídeos se graban por medio de cajas nido provistas de cámaras de forma que no se molesta a las aves en un momento tan crítico).

 

Otras aves pueden construir nidos completamente diferentes; por ejemplo, los trepadores azules emplean finísimas escamas desprendidas de la corteza de los pinos o trocitos de hojarasca, creando con estos materiales un simple «colchón» sin forma definida. Además, esta especie tiene la particularidad de tapar con barro cualquier grieta que tenga la caja, ajustando también con barro el diámetro de la entrada al nido para evitar que aves mayores puedan colarse en su hogar.

 

nidos-gorrion-trepador

Los gorriones molineros llenan por completo el interior de la caja nido con briznas de gramíneas, dejando un conducto libre que conduce hasta la cavidad del nido. A la derecha un nido de trepador azul con el barro que sellaba la entrada visible al retirar el frontal de la caja nido para su mantenimiento (puede observarse también la «inconsistencia» del nido formado por escamas de corteza de pino silvestre). Fotos: Luis Martínez

Colillas de cigarros y nidos:

No hay nada tan intrínsecamente unido a la presencia humana como la basura, y no hay ave que no tenga a su disposición un amplio, variado e inagotable surtido de residuos que incorporar a su nido. Con frecuencia estos residuos tienen consecuencias fatales: restos de cuerda que terminan estrangulando a las crías o gomas que son ingeridas por ellas mismas al ser confundidas con gusanos.

Sin embargo parece que algunas aves saben sacar partido de ciertos residuos como las ubicuas colillas de cigarrillos, que pueden aparecer con elevada frecuencia en el interior de los nidos. Podría ser que las aves emplearan el material del filtro por sus propiedades aislantes, pero también hay otra hipótesis más fascinante: que las aves aporten las colillas por las propiedades insecticidas de la nicotina y otras sustancias en ella presentes. Un reciente estudio demostró que las aves añadían más colillas al nido si los investigadores incorporaban al cubículo garrapatas vivas en vez de muertas, lo que demuestra que, efectivamente, las aves «detectan» las propiedades pesticidas de las colillas (otros estudios han demostrado que nidos con colillas tienen menor densidad de ácaros).

 

La puesta y la incubación

Las aves pequeñas intentan que todas sus crías nazcan al mismo tiempo, lo que a priori no es fácil dado que la hembra pone un huevo cada día y el tamaño de la puesta puede ser enorme. Por ejemplo, una hebra de herrerillo común puede poner más de 15 huevos (¡el peso de todos los huevos puede superar el 150% del peso de la hembra!), lo que implica que hay 15 días de diferencia entre la puesta del primer y el último huevo. Además, como el tiempo de incubación -periodo que transcurre desde la puesta hasta la eclosión del pollito- es de 14 días podría ocurrir que el primer pollito naciera antes de que la hembra hubiera puesto el último huevo. El truco al que recurren las hembras es no incubar los huevos hasta que ya han puesto prácticamente todos; mientras, los huevos son «enterrados» entre el material del nido para evitar que los embriones comiencen su desarrollo al recibir el calor de la hebra que duerme en el nido.

La hembra va a poner cada huevo al amanecer, justo antes de comenzar su actividad diaria, lo que le permitirá mantenerse libre de su peso durante la mañana y disponer de la agilidad necesaria para buscar comida o huir de los depredadores sin problemas. Cada día, un nuevo óvulo se desprende del ovario de la hembra, y según recorre su sistema reproductor se le añade en primer lugar la yema, luego la clara, para finalmente formarse la cáscara.

Video del canal de youtube de shirls gardenwatch, en el que puede observarse cómo la hembra de herrerillo común pone un huevo (hacia el segundo 25).

Otro video de gran calidad (canal de Youtube de Camo Dave) que capta el momento en el que una hembra de herrerillo común pone su sexto huevo.

Para la incubación, las hembras (que son alimentadas por el macho en este periodo) desarrollan en la piel desnuda de su vientre la llamada «placa incubatriz»: epitelio fuertemente vascularizado que estará en contacto directo con los huevos y a través del cual se trasladará el calor corporal de la hembra a los huevos. Mientras incube será alimentada por el macho.

 

Os animamos a compartir fotografías que muestren vuestros trabajos solos o en familia, en el jardín, en la terraza o el balcón. Enviádnoslas por Twitter, Facebook o Instagram. Todas vuestras experiencias nos interesan… y además tienen premio:

 

Próxima entrada: #MesdelosNidos. La vida en el interior de una caja nido: la crianza

Si tienes cualquier duda puedes escribirnos a biodiversidadurbana@seo.org

 

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Autor del texto: Luis Martínez, área Social de SEO/BirdLife

 

Entradas anteriores:

1. Marzo es el #MesdelosNidos

2. #MesdelosNidos: ¿una caja nido para petirrojo o golondrina?

3. #MesdelosNidos: el reto de construir una casa en el jardín

 

 

 

 

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