Los casi 100 incendios que se han producido en Asturias, muchos de ellos activos, además de los que asolan Cantabria, Euskadi y León, junto con la coincidencia con esta primavera temprana, tendrán graves consecuencias ambientales para la reproducción de muchas especies y para los ecosistemas.
Es necesario acabar con la impunidad de estos actos delictivos, invertir en medios que garanticen la prevención y extinción de los incendios sin que se ponga en riesgo la vida del personal que trabaja para sofocarlos, así como abrir vías de diálogo para solucionar el conflicto entre todos los sectores implicados.
Los incendios que estos días asolan amplias zonas de Asturias, León, Cantabria y Euskadi, están causando graves daños en el patrimonio natural y la biodiversidad, y debido a la falta de medios están suponiendo además un riesgo para las vidas del personal que está trabajando en las labores de extinción.
Esta situación es actualmente muy preocupante en el caso de Asturias, donde se han producido hasta el momento casi 100 siniestros en 32 concejos y donde se han visto afectados espacios protegidos de alto valor ecológico, como es el Parque Natural de Somiedo y zonas aledañas a Ponga o al Parque Nacional de los Picos de Europa.
Debido a lo adelantado de la primavera climática de este año, estos incendios se producen cuando muchas especies están iniciando el periodo de cría. El fuego está acabando con los lugares de cría de muchas especies y aunque las aves puedan escapar de las llamas, el impacto es muy grave, ya que no solo se destruirán los lugares de nidificación, sino que además los adultos se habrán quedado sin lugares para intentar realizar un nuevo intento de cría y sin zonas de refugio o alimentación. Por otra parte, muchas especies de insectos o de vertebrados con movilidad reducida o de movimientos lentos, como anfibios o reptiles, y que se encuentran en plena actividad, tampoco podrán escapar de las llamas, así como numerosas especies de invertebrados polinizadores, como abejas, escarabajos o mariposas. También algunas zonas oseras de la cordillera están siendo castigadas por las llamas, en una época que empieza a ser crítica para los osos.
“Los incendios recurrentes producidos durante esta primavera temprana en estos ecosistemas suponen un grave desastre medioambiental y ponen en riesgo las vidas del personal que está trabajando en las labores de extinción”, afirma Nicolás López, delegado de SEO/BirdLife en Asturias, que añade que “en esta época tan crítica para la reproducción de muchas especies es cuando los incendios son más dañinos, provocando graves consecuencias en los ecosistemas, no solo por la acción directa del fuego sino porque se habrán eliminado las futuras generaciones de muchas especies y se habrá afectado de forma negativa a muchos hábitats”.
Degradación del suelo
Las repercusiones negativas de estos incendios se prolongarán más allá de esta primavera por la fuerte erosión que están sufriendo los terrenos con cierta pendiente y el empobreciendo de los suelos. Los materiales arrastrados en los días sucesivos a los incendios cuando por fin llueva, acabarán en los ríos provocando también graves consecuencias en las poblaciones de salmónidos y en el resto de la fauna de los ríos y arroyos, ya que se provocará una grave alteración de los caudales y una pérdida de la calidad del agua, con un aumento de las concentraciones de sedimentos aportados, un aumento de la turbidez (y por lo tanto falta de entrada de luz), y un incremento de las concentraciones de nutrientes disueltos como nitrógeno y fósforo. En algunos casos, este conjunto de sucesos podrían provocar un fenómeno denominado eutrofización, que acaba con la vida de muchos peces e invertebrados. “Después de las graves inundaciones sufridas en algunos puntos de Asturias este invierno, estos incendios suponen un riesgo aún mayor, ya que eliminan la vegetación que sujeta el suelo y frena la velocidad del agua y el aumento de caudal ante lluvias torrenciales”, añade el delegado de la organización ambiental
En el caso de Asturias, independientemente del alto índice de intencionalidad de los incendios y de su causalidad, la reciente eliminación de los acotamientos al pastoreo por parte del gobierno asturiano no ha contribuido precisamente a reducir el número y la gravedad de los incendios.
La falta de medios pone en riesgo al personal de extinción
Además de las negativas consecuencias medioambientales, el alto número de focos registrados, podrían provocar importantes daños materiales y suponen un alto riesgo para las vidas del personal de extinción de incendios, tanto de bomberos como de integrantes de los cuerpos de agentes del medio natural, que se juegan la vida trabajando en la extinción de los fuegos. Hay que recordar que, además, muchos de los incendios están a las puertas de casas y núcleos de población. “El número de incendios de los últimos días está provocando que el personal de extinción no dé abasto y soporte jornadas agotadoras y maratonianas en terrenos de difícil y complicado acceso, arriesgando sus vidas en muchos casos, ya que en ocasiones no hay medios aéreos suficientes para acceder a todas las zonas”, apunta Nicolás López.
Es necesario acabar con la impunidad de estos sucesos, que lamentablemente se repiten todos los años, ya que atentan contra el patrimonio de toda la ciudadanía y se trata de delitos muy graves. Desde SEO/BirdLife se pide la colaboración de la ciudadanía con las Brigadas de Investigación de Incendios del Principado de Asturias y del SEPRONA para que se esclarezcan los hechos y se determine la responsabilidad legal de los presuntos autores. Asimismo, la ONG insta a que se cree una “mesa de diálogo” en Asturias para evaluar el modelo de gestión de las áreas incendiadas y sus consecuencias, y que constituya una iniciativa de debate consolidada entre todos los agentes sociales implicados para sentar las bases de la futura gestión en la conservación del medio natural y el desarrollo rural y agroganadero del territorio