- 15 de octubre Día Internacional de las mujeres rurales
- Los espacios de la Red Natura 2000 pueden ser una oportunidad para miles de mujeres rurales a través de las ayudas previstas en las políticas agrarias y de desarrollo rural
Para SEO/BirdLife, el empoderamiento de las mujeres rurales es clave para alcanzar un desarrollo justo y sostenible. Es necesario seguir avanzando en las líneas de actuación puestas en marcha gracias a la ley 35/2011 sobre Titularidad Compartida de las explotaciones agrarias que permite ejercer y disfrutar de todos los derechos derivados de su trabajo en las explotaciones agrícolas en términos de igualdad con los hombres. De esta forma pueden asumir decisiones en la gerencia de la explotación y también los riesgos y las responsabilidades.
Naciones Unidas declaró en 2008 este día para reconocer “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”.
En España, según datos del MAGRAMA las mujeres suponen un 48,9% de la población de las zonas rurales y juegan un papel fundamental en el desarrollo sostenible del medio rural, ejerciendo funciones de vital importancia para el mantenimiento de la sociedad rural en el territorio.
Los espacios de la Red Natura 2000 son en muchos casos escenario y resultado de actividades productivas que respetan los recursos naturales y fomentan la conservación de los mismos como garantía de futuro. Como espacios protegidos y reconocidos a nivel europeo, pueden además ser una oportunidad para miles de mujeres rurales que están dispuestas a asumir un papel fundamental como dinamizadoras del medio rural, a través de las ayudas previstas en las políticas agrarias y de desarrollo rural más comprometidas con el medio ambiente y la igualdad de género.
Son muchas las mujeres que muestran una mayor sensibilidad o predisposición a iniciativas novedosas relacionadas con la sostenibilidad ambiental. Como homenaje a todas las mujeres rurales, recordamos las historias de cinco mujeres y su experiencia de producción en Red Natura 2000.
Carmen y el Rincón de los Cerezos
“Lo que más me gusta es saber que cada cereza que coges va a una persona concreta que se imagina perfectamente como la he cogido. Eso es lo que entiendo por trazabilidad, que la gente conozca el espacio, las personas y como está hecho” Carmen Ibáñez.
Entre las sierras de Montánchez y Las Villuercas, en Cáceres, se localiza la sierra de Cabezas de Águila, una de las Zonas de Especial Conservación de Extremadura. Un territorio profundamente humanizado entre robledales en el que se encuentra El Rincón de los cerezos.
Marisa y sus compañeras de Tabuyo del Monte
Los Montes Aquilanos y Sierra del Teleno son el escenario de la experiencia de cinco mujeres, profundamente vinculadas a su tierra, que han encontrado una vida en equilibrio con su entorno poniendo en marcha la empresa “Del Monte de Tabuyo” desde la que distribuyen productos ecológicos en conserva como setas, mermeladas, puerros o espárragos, además de poner en marcha un comedor.
“Es un terreno que agrícolamente no ha sido explotado. No se han utilizado pesticidas, no se han utilizado productos químicos y podemos ofrecer productos especiales, como las frambuesas, los espárragos o los puerros”. Vamos a poner un sello diferenciador de nuestra tierra, de nuestro pueblo. Por eso nuestra empresa se llama “Del monte de Tabuyo”, Marisa Rodríguez.
Las mujeres de Nalda
Raquel pertenece a El Colletero, una asociación dedicada a lograr un desarrollo sostenible, crear empleo y establecer una nueva relación con la tierra a través de la agricultura ecológica y la defensa del patrimonio cultural y natural. En Peñas del Iregua, uno de los espacios Natura 2000 de La Rioja, las mujeres de esta asociación trabajan desde hace años en la recuperación de sus paisajes naturales y agrícolas.
«Aquí en Nalda tenemos un movimiento social muy fuerte y tiene una herencia en las primeras cooperativas agrarias, en la era trilladora, en cómo se fueron organizando nuestros mayores para salir adelante todos juntos», Raquel Ramírez.
Marta y la vaca de La Albera
En la sierra de La Albera, el último tramo de los Pirineos hasta su llegada al mar Mediterráneo, Marta desarrolla un proyecto para salvar una raza autóctona de vaca que con una población de apenas 400 individuos es capaz de pastar entre enebros, encinas y alcornoques, es la vaca de La Albera. Además, cuida de los olivos con los que produce aceite biológico dentro de la normativa de agricultura y ganadería ecológica.
«Proteger esta vaca es proteger el territorio, todo lo que ella trae detrás… si no estuviera esta vaca, probablemente yo no estaría aquí”. Marta Carola.
Anna y sus viñedos
Cap de Creus es el espacio Natura 2000 en el que Anna Espelt descubrió el lugar perfecto para cultivar sus viñedos ecológicos. El actual paisaje del Cap de Creus es la herencia de los espacios agrícolas que se empezaron a abrir una vez finalizado el primer milenio. Una gran parte de las tierras fueron viñedos asentados sobre bancales sostenidos por muros de piedra seca, muchos de los cuales están abandonados en la actualidad.
“Un suelo puede tardar más de quinientos años en formarse. Me gustaría que para las próximas generaciones, y no hablo ya de la siguiente, sino de mucho mas allá, pues que tengan un suelo lo mejor conservado posible. Es una de las cosas que nos llevó a hacer viñedo ecológico, el suelo” Anna Espelt.