El tejedor cabecinegro es origanario de África oriental y central, llegando hasta Etiopía y Eritrea.

En España, tiene su núcleo principal en las provincias de Sevilla y Huelva, reproduciéndose también en las vegas de los ríos Guadalhorce y Vélez (Málaga).

Para más información sobre su distribución territorial y otros datos de interés, consulta la ficha del tejedor cabecinegro en el III Atlas de las aves en época de reproducción en España.

Ave mayormente sedentaria, no realiza grandes desplazamientos migratorios.

La Lista Roja Europea de Aves 2021 no recoge datos poblacionales para Europa en relación a la especie.

En España, la especie apareció por primera vez en 1990, si bien no se constató su reproducción hasta 1997. Fue a partir de 2009 cuando su crecimiento en el Paraje Natural Brazo del Este fue exponencial y, actualmente, los ejemplares se cuentan por miles. La especie está por tanto totalmente establecida y en aumento en las provincias de Sevilla, Huelva y Málaga, y se considera ya un problema por el hecho de consumir un elevado porcentaje de los recursos tróficos. Esta situación muy posiblemente se traslade a otras zonas próximas en un futuro no muy lejano.

El tejedor cabecinegro está asociado, tanto en África como en los territorios colonizados en España, a zonas húmedas, marismas y cauces de arroyos y ríos, aprovechando para su asentamiento los canales artificiales o naturales de marismas degradadas. Ocupa arrozales y zonas de cultivo.

Se alimenta de semillas e insectos, consistiendo estos últimos en la base fundamental de la dieta a la hora de criar a sus pollos.

El macho de la especie suele criar de forma simultánea con dos o tres hembras, a las que corteja agitando las alas mientras cuelga debajo de la entrada del nido, una construcción globular con la entrada por debajo que suele ubicarse en matorrales altos sobre el agua.

La nidada consta de 2-3 huevos, llevando a cabo la incubación solo la hembra. Ambos sexos alimentan a los pollos hasta que estos abandonan el nido. No hay información sobre la duración de los períodos de incubación y cría.