Se trata de un ave eminentemente forestal, que en Europa habita preferentemente bosques de abetos rojos, alerces y pinos.
En la Península Ibérica esta especie explota de forma diferencial el variado mosaico de pinares. Las diferencias entre forma y tamaño de piñas y piñones han llevado a la coevolución de las distintas subpoblaciones que las explotan, las cuales se diferencian acústica, morfológica y genéticamente. Las poblaciones subalpinas de P. uncinata de los Pirineos acogen las poblaciones más sedentarias y estables, y los piquituertos han desarrollado tamaños de pico óptimo adecuados a sus piñas. Sin embargo, los pinares supramediterráneos de los sistemas montañosos ibéricos de P. sylvestris y en especial de P. nigra (no serótinos) están sometidos a fluctuaciones y vecería, lo que presumiblemente conlleva cambios en su ocupación y movimientos de carácter oportunista de las distintas poblaciones de piquituertos. Los pinares de P. halepensis termo y mesomediterráneos, de la península y Baleares, son un importante reservorio de piñones serótinos que el pino guarda y que son un recurso importante para los piquituertos, especialmente en Baleares y la región levantina.
Las poblaciones europeas consumen prioritariamente piñones de abeto rojo, alerce y pinos.
En España, el piquituerto se alimenta fundamentalmente de los piñones de los pinos silvestre, laricio, negro y carrasco, y secundariamente come los frutos secos y carnosos de otros árboles y arbustos; además completa su dieta con una amplia variedad de insectos y arácnidos.
Se comporta como un reproductor oportunista, de modo que no importa tanto la estación del año como la disponibilidad de alimento. Por ello se encuentran polladas en cualquier mes. Ahora bien, la norma es que comience la reproducción en febrero o marzo.
Instala el nido a una altura muy variable, en árboles situados en el borde de los bosques o en ejemplares aislados. Construye una taza con ramitas finas de pino, musgo, líquenes, hierbas, lana, etc., y tapiza el interior con más hierbas, pelo y plumas. La hembra pone tres o cuatro huevos, que incuba durante 13-16 días.
Los huevos son blanco-azulados, con moteado oscuro disperso. Los pollos se desarrollan a lo largo de tres semanas, mientras son alimentados por los padres, de los que dependen durante casi un mes más tras abandonar el nido. La productividad o número de pollos por pareja y año es muy variable, pues la llegada de temporales fríos puede malograr las puestas de las poblaciones instaladas en los pinares alpinos.
La especie también sufre importantes pérdidas de pollos y huevos por la presión de arrendajos y ardillas.