Identificación

El chingolo gorjiblanco estaba clasificado hasta 2021 como Emberizidae, hasta la reciente creación de su nueva familia Passerellidae.
Por estructura corporal y plumaje tiene rasgos que recuerdan a los escribanos y a los gorriones.
Aspecto general como un gorrión común con cola muy larga, excepto la cabeza. Píleo con estrecha lista central blanca, enmarcada por dos anchas listas negras.
Ceja blanca con mancha amarilla desde el ojo al pico. Lista ocular negra y mejillas grises.
Garganta blanca, como indica su nombre. Pecho gris.

Existe un segundo morfo, donde las cejas y la lista central del píleo son canela (dibujo 1).

Ecología

En la estación reproductora el chingolo gorjiblanco habita en bosques de coníferas, caducifolios o mixtos, próximo a grandes claros con buena cobertura arbustiva y a masas de agua dulce.
En invierno también ocupa bosques galería, orillas de lagos con abundante vegetación y setos de parques y jardines.

Durante la reproducción se alimenta de insectos y otros invertebrados.
En invierno principalmente semillas y frutos, también insectos si están disponibles.

Ubica su nido en el suelo, oculto entre la vegetación o entre las raíces de árboles caídos.
Para la estructura emplea ramitas y tallos gruesos de herbáceas y reviste el interior con hierba fina, raicillas y en ocasiones pelo.
La puesta habitual es de 4 huevos, incubados exclusivamente por la hembra durante 12 a 13 días. Los pollos abandonan el nido aún sin volar, a los 8 o 9 días desde la eclosión. Vuelan a los 13-16 días.

Distribución en el mundo

Se reproduce en Canadá, al este de las Montañas Rocosas y hasta la costa oriental y en Estados Unidos en torno a los Grandes Lagos.
Inverna en la Costa Oeste, sur y mitad este de Estados Unidos.

Citas en España

Una sola cita de chingolo gorjiblanco homologada en España. Fue en junio de 2022 en A Coruña, localizado junto al puerto. Incluso aunque el ave hubiera llegado asistido en barco, se considera que la especie tiene potencial suficiente para llegar de forma genuina al Paleártico Occidental, como demuestran otras observaciones homologadas en otros países.

El primer registro para la Península ibérica corresponde a mayo de 1986, en Gibraltar, siendo posible también la llegada asistida en barco.

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