Como parte de la Coordinadora de ONG Ambientales de Extremadura, integrada por once organizaciones, lamentamos el estado de abandono de la educación ambiental en la región.

Manifestamos además una preocupación ante la decisión de  la Junta de Extremadura de apoyar la presencia de cazadores en los colegios para dar nociones de educación ambiental.
La Estrategia Extremeña de Educación Ambiental ha tenido que esperar hasta 2018 para ser aprobada, pero no tiene dotación económica alguna.
Con este escenario, resulta preocupante que la Junta de Extremadura vaya a apoyar, por tercer año consecutivo, el programa ‘Caza y Naturaleza’ que prevé la impartición de charlas en los colegios como acción de formación y sensibilización ambiental para los escolares.

La educación ambiental debe promover una relación positiva y respetuosa del individuo con su entorno natural, enriqueciendo su conocimiento del mismo, de los procesos e interacciones que forman los ecosistemas y de los frágiles equilibrios necesarios para su conservación en buen estado. Para las ONG de la Coordinadora, la visión desde una actividad de aprovechamiento de los recursos naturales, como es la caza, supone un enfoque muy parcial que no cumple esos objetivos de la educación ambiental. Por muy respetable que pueda ser esta actividad, el aprovechamiento cinegético es una alternativa de uso del medio natural, pero no un sector con un enfoque profesional y completo de los contenidos necesarios para la educación ambiental.

Así la actividad cinegética constituye una aproximación a la naturaleza que puede hacerse con mayor o menor sensibilidad conservacionista, pero que no capacita para enseñar educación ambiental a los niños. Recibir los valores y la visión de la naturaleza de los cazadores, no ayudará a los niños extremeños a tener una formación ambiental positiva y amplia,  que permita desarrollar una conciencia ambiental global para la toma de decisiones en su futuro como adultos.

Desde luego los cazadores tienen derecho a hablar de su actividad a los niños, al menos a aquellos a los que los padres les parezca adecuado, pero no es correcto hacerlo con subvenciones públicas de la Consejería de Educación dirigidas a fomentar entre los niños los valores del deporte, como la superación, el esfuerzo  y la relación positiva con la naturaleza.

Lo que sí es la caza, en palabras de sus propios representantes, es una potente actividad económica, de gran interés para muchas zonas rurales. En este aspecto cumple una función social relevante, con cierto potencial en la generación de empleo, y constituye un aprovechamiento más del que disfrutan los dueños de fincas, en muchos casos de relevancia en el montante total de sus beneficios.

La educación y sensibilización en relación con la caza es de hecho bienvenida si los cazadores quieren hablar de caza sostenible, de cuidar las especies cinegéticas gestionando sus cotos y tomando medidas para recuperar sus poblaciones, de erradicar los disparos a especies protegidas, el veneno y el maltrato animal. Pero  sería más adecuado que lo hicieran dentro de sus asociaciones y con los jóvenes que en edad legal, puedan decidir hacerse cazadores, para que las actitudes de los malos cazadores empiecen a ser solo un recuerdo y no una triste realidad que vuelve cada año.

La educación ambiental debe desarrollarse dentro y fuera de las aulas, más aún en una región como Extremadura rica por su patrimonio natural. Las ONG solicitan a la Junta de Extremadura que invierta más esfuerzos y recursos en una verdadera educación ambiental y que apoye el Pacto por la Educación propuesto desde SEO/BirdLife. En 2012, el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN consagró el derecho del niño a la naturaleza y a un medio ambiente sano. Cuatro años después, y a propuesta de SEO/BirdLife, este mismo foro internacional –formado por 1.300 Gobiernos y organizaciones civiles- fijó la educación ambiental como prioridad internacional. En el texto aprobado se defiende la necesidad de que los centros escolares cuenten con elementos naturales que mantengan a los alumnos conectados con el entorno natural; y se apremia a incluir de forma definitiva el concepto de educación ambiental en las escuelas.

 

La Coordinadora de ONG Ambientales de Extremadura agrupa a las siguientes organizaciones: ADENEX, AMUS, ANSER, DEMA, Ecologistas en Acción Extremadura, Ecologistas Extremadura, GRUS Extremadura, Fundación Global Nature, SEO/BirdLife, Sociedad Extremeña de Zoología (SEZ) y WWF/Grupo Local Badajoz.

 

 

 

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