Algunos árboles de interés como los tejos sufren a veces la dura competencia de las hayas.
Mediante la recuperación y creación de claros de pequeño tamaño distribuidos irregularmente en las masas forestales (hayedos de Fagus sylvatica) se fomenta el crecimiento de especies arbustivas (arándano, frambuesas, saúco) importantes como fuente de alimento para el urogallo y se propicia una mayor heterogeneidad estructural y a nivel de composición específica del hayedo.
En general se han seleccionado únicamente claros asociados a robles y tejos de grandes dimensiones, alrededor de los cuales se talan un determinado número de hayas, permitiendo así la puesta en luz de los mismos y un posterior aumento del crecimiento y la ramificación. Se consiguen así dos objetivos: por un lado aumentar la entrada de luz al sotobosque y por otro mejorar el estado de conservación de robles monumentales y tejos (muy importantes para el urogallo durante el periodo invernal por la protección y refugio que ofrecen) que además contribuyen a aumentar la heterogeneidad de las masas forestales de Picos de Europa.
La liberación de los tejos busca fortalecerles para que sigan jugando su papel de refugio invernal.