Hemos presentado un escrito dentro del plazo de consultas a interesados en la tramitación del Plan Rector de Uso y Gestión alertando sobre la pretensión de permitir el uso de perros de caza sueltos en Monfragüe. Se estarían vulnerando directrices básicas de gestión y conservación de parques nacionales a fin de satisfacer intereses privados que buscan la vuelta de la caza en el espacio protegido.

 

Este jueves termina el plazo para presentar sugerencias previas al borrador del Decreto por el que se pretende aprobar una modificación del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Nacional de Monfragüe, la norma legal que regula en detalle la gestión de este espacio emblemático de la Red de Parques Nacionales del Estado español.

Una de las principales novedades es que introduce una excepción a la prohibición general de dejar perros sueltos dentro de un Parque Nacional, por el impacto que producen sobre los valores naturales, permitiendo que se usen perros de caza en Monfragüe para el control de especies con batidas, sin mencionar ningún posible impacto ni medida de prevención al respecto.

Permitir el uso de perros de caza en batidas constituye una excepción a la presencia de perros sueltos en parques nacionales potencialmente más peligrosa para la fauna que la presencia de cualquier otro tipo de perros en esos espacios de alta protección, al implicar el uso de jaurías adiestradas para perseguir a las especies silvestres y sin que tengan la capacidad de distinguir entre las que son cinegéticas de las que no. Por eso mismo inducen pavor a todo tipo de animales, incluso a los más grandes, provocando su huida.

Todo ello es especialmente grave ya que se pretende hacer atendiendo a intereses externos al parque nacional, sin tener en cuenta alternativas de menor impacto, pese a contar con muchos otros métodos de control de ciervos y jabalíes, varios de ellos usados de forma novedosa desde 2022 con bastante éxito, como las jaulas de captura, y otros que ni siquiera se han ensayado en serio, como los aguardos o recechos de gestión.

Por todo ello, consideramos que esta modificación en el PRUG de Monfragüe vulnera claramente varias directrices de gestión de los parques nacionales, como la de tomar medidas justificadas solo cuando no hay alternativas viables, la de adoptar decisiones basadas en la mejor información disponible, bajo el principio de prudencia y eligiendo siempre la de menor impacto sobre los procesos naturales.

Además, el nuevo PRUG de Monfragüe contiene otras deficiencias que también se han señalado, como la falta de definición de los caudales ecológicos de las masas de agua del parque nacional o la falta de objetivos de conservación claros sobre varias especies y su seguimiento, o la falta de evaluación del cumplimiento del propio plan, con exigencias muy inferiores a las del documento actualmente en vigor.

Ante estas circunstancias, hemos solicitado a la Junta de Extremadura que se reforme profundamente el borrador del nuevo PRUG de Monfragüe para cumplir con los principios y directrices para la buena gestión de un Parque Nacional.

Si crees que los parques nacionales deben gestionarse anteponiendo los objetivos de conservación a los intereses particulares, ¡FIRMA nuestra petición!

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