La ley europea que protege nuestros ríos, humedales, acuíferos y costas, la Directiva Marco del Agua, está en peligro. La actual revisión de la misma, junto con la presión de algunos gobiernos, podría rebajar sus objetivos ambientales. Para que esto no ocurra es vital la movilización de la ciudadanía europea. SEO/BirdLife, a través de la campaña ‘Protege tu agua’ anima a la sociedad civil a presionar a la UE para que no modifique esta importante ley.
Han pasado dieciocho años desde que se publicara la Directiva Marco del Agua (DMA) y cerca de diez desde que se pusiera en marcha su aplicación; se han redactado dos versiones de planes hidrológicos –en este momento está a las puertas su tercera versión–
y ha habido seis legislaturas con ocho ministros y ministras del ramo. A la vez, aproximadamente un 85% de los espacios acuáticos de la Red Natura 2000 cuentan con planes de gestión aprobados en los últimos años y otro 5% se encuentra en tramitación.
En medio de toda esta dinámica hidrológica, surge un problema de extrema gravedad: la presión que el actual modo de vida ejerce sobre los ecosistemas acuáticos impide que los ríos, humedales, costas y acuíferos alcancen un buen estado ecológico, algo fundamental para asegurar la salud humana, la biodiversidad y el suministro y la producción de alimentos. Hoy se sabe que aproximadamente la mitad de las aguas subterráneas de España están en mal estado ecológico, tanto por sobreexplotación como por contaminación, de la misma manera que le ocurre al 42% de las aguas superficiales (ríos, lagos, transición y costeras). Y la realidad podría ser mucho peor, teniendo en cuenta que algunos de los indicadores fundamentales para conocer el estado ecológico ni siquiera se están utilizando tal y como exigía esta Directiva.
A todo esto se añade un programa de inversión económica cercana a los 34.800 millones de euros para el periodo 2016-2027, a través de las medidas de los planes hidrológicos, a pesar de que las inversiones del anterior ciclo no han permitido reducir las presiones sobre los ecosistemas acuáticos y se desconoce su efectividad. Así pues, en este escenario, ni se cumplen los objetivos europeos en materia de aguas, ni se conoce la eficacia de las inversiones.
Firmas para defenderla
Ante esta realidad, la Comisión Europea ha abierto un proceso en el que existe un riesgo real de retroceder en la protección de nuestros humedales. Se trata de una consulta pública para revisar la propia Directiva (Fitness Check), proceso aprovechado por algunos gobiernos para presionar con el objetivo de debilitarla. Con todo, todavía se hace necesario recordar que la DMA no es un objetivo, sino la herramienta que aprobó la Unión Europea para dar un giro a todo un planteamiento territorial, económico, social y ambiental, donde la protección del agua y sus hábitats reflejaba una obvidad: los humedales, ríos, acuíferos y costas protegen el agua. Por tanto, protegiendo estos ecosistemas se protege el recurso básico de nuestra subsistencia.
Son múltiples las voces que indican que varias políticas actuales con gran impacto en el territorio y la sociedad europea no funcionan (energía, agricultura, urbanismo o transporte) y que están lejos de ser sostenibles y aceptables para asegurar el desarrollo de las generaciones futuras. La política de aguas es una de ellas, y su integración con el resto de políticas no solo es necesaria sino que es uno de los principios inspiradores de la misma directiva, tratando de establecer bases de diálogo continuo y de elaborar estrategias que reforzasen la integración de los diferentes ámbitos políticos.
El reto es complejo. Se parte de una inadecuada implementación de la directiva unida a la vulnerabilidad que impone un clima cambiante, especialmente preocupante en nuestro país. Sin embargo, la solución a los problemas de este reto no puede ser aplazar la fecha de entrega de las obligaciones que conlleva la DMA, o reducir sus exigencias y convertir en un fracaso una de las políticas más importantes de nuestro tiempo. La ley del agua comunitaria ofrece muchas oportunidades, y por ello Europa debe comprometerse a alcanzar sus objetivos, y reconocer que trabajar para facilitar y mejorar su implementación permitirá que ríos, lagos, humedales, acuíferos y costas mantengan y recuperen su estado de salud.
La buena noticia es que ahora la ciudadanía europea tiene la oportunidad de lanzar un mensaje de apoyo al modelo que alude la DMA. Por ello, SEO/BirdLife forma parte de la coalición Living Rivers Europe, junto a más de un centenar de organizaciones de toda Europa, con el objetivo de mostrar el apoyo a la directiva, evitar su revisión y asegurar que se mejore su implementación.
330.000 personas
Está en manos de todos facilitar que la DMA se aplique adecuadamente, lanzar un mensaje a las autoridades de Bruselas y sumarnos a las más de 330.000 personas que ya lo han hecho. La Unión Europea no puede hacer caso omiso a las organizaciones sociales, ambientales y científicas, y mucho menos a su sociedad.
CIFRAS QUE AHOGAN
1 Aproximadamente el 80% de los hábitats de agua dulce de España está en un estado de conservación desfavorable.
2 El 42% de los acuíferos se encuentra en mal estado ecológico.
3 Doñana, Delta del Ebro, Albufera de Valencia, Mar Menor o Tablas de Daimiel son algunos de los humedales más importantes y amenazados.
4 De todas las especies de aves catalogadas como “en peligro de extinción”, cerca de la mitad son acuáticas.
5 El 92% de las valoraciones del estado de conservación de los peces de agua dulce resultan desfavorables.
Por Roberto González, responsable del programa de Aguas de SEO/BirdLife, publicado en el último número de la revista Aves y naturaleza
Firma para apoyar la campaña #ProtectWater (#ProtegeTuAgua), y mostrar tu apoyo a la Directiva Marco del Agua, evitar su revisión y asegurar que se mejore su implementación.