Los promotores de esta infraestructura pretenden iniciar la explotación de la misma durante el próximo mes de septiembre, sin que aún se hayan satisfecho la totalidad de los condicionantes impuestos por las dos declaraciones de impacto ambiental (DIA) de los años 2002 y 2006.
Junto con Ecologistas en Acción y WWF pedimos que se garantice un sistema de seguimiento eficaz para determinar el cumplimiento real de las exigencias de las DIA y para certificar su correcta aplicación en el futuro.
Las organizaciones Ecologistas en Acción, WWF/España y SEO/BirdLife representantes en la Comisión de Seguimiento y en el Observatorio de la Biodiversidad creado por orden de la DIA del proyecto de Aeropuerto de Ciudad Real han enviado una carta al Secretario de Estado en funciones del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) en la que le solicitan que emita un informe, como órgano ambiental, que incluya un análisis del cumplimiento de los condicionantes de las DIA de 2002 y 2006.
Por lo tanto, se intenta iniciar su puesta en operación a pesar de que, la mayoría de las 36 medidas de corrección y compensación ambiental, que debían acometerse, no se han llevado a cabo ni se ha verificado su eficacia por el órgano ambiental. Tan solo las pocas que tenían que ver con la ejecución de las obras pueden considerarse satisfechas, aunque faltan evidencias o informes de la autoridad ambiental de que se hayan ejecutado en la realidad. El seguimiento de la calidad de las aguas de la cuenca del río Jabalón y la evolución de las poblaciones de nutria que en ellas se instalan, el seguimiento de las poblaciones de aves, la calidad del aire, la red piezométrica, la revegetación de caminos y linderos, las pantallas vegetales, la protección del paisaje geomorfológico, la prevención de las plagas de langosta, el Plan Acústico y, sobre todo, las medidas compensatorias dirigidas a las poblaciones cercanas como la creación de una Fundación y las inversiones en los ayuntamientos, entre otras, son algunas de las medidas no puestas aún en marcha.
Para las ONG ambientales, es obvio que sin que se demuestre el cumplimiento de estos condicionantes el proyecto no puede ponerse en marcha, pero los promotores han indicado su intención de arrancar durante el próximo mes de septiembre. Mientras tanto, la Comisión de Seguimiento y el Observatorio de la Biodiversidad, comités asesores que tienen entre sus funciones la de confirmar la puesta en marcha de todos los condicionantes interpuestos por las declaraciones de impacto ambiental así como comprobar su eficacia, se ha reunido, dos veces la Comisión y una el Observatorio, después de dos años sin convocatorias de los mismos. Por parte de las autoridades se busca ofrecer una imagen de que todo se está cumpliendo y de que los órganos encargados de su vigilancia están trabajando. En cambio, la realidad es que en la reciente reunión del Observatorio tan solo ha habido una presentación de sus miembros y en la Comisión un intento de dar visos de legitimidad a las pretensiones del promotor.
Teniendo en cuenta que los orígenes del proyecto se sitúan a finales del pasado siglo, en la actualidad los propios cambios del proyecto, los criterios ambientales y la amenaza del cambio climático han configurado un escenario tan diferente en el que no resultan válidas las consideraciones medioambientales tan relajadas de entonces. Particularmente cuestionable es que el proyecto pueda seguir considerándose de interés general y de impacto ambiental compatible, después del historial acumulado hasta ahora.
Tras más de veinte años de polémica y después de un intento frustrado de inicio de las actividades, el aeropuerto de Ciudad Real continúa representando uno de los principales conflictos ambientales en Castilla-La Mancha