NATURALEZA Y SALUD
SEO/BirdLife, en colaboración con el Jardí Botànic-Universitat de València y con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, lanza una acción en Valencia sobre los beneficios y servicios que ofrecen la infraestructura verde y la biodiversidad a los habitantes de las ciudades.
La acción coincide con la celebración de la reunión Ciudades Saludables: Mejorando la salud, la equidad y la sostenibilidad desde el ámbito local, que reunirá a expertos y funcionarios del ámbito de la salud pública de toda la UE el 27 y 28 de septiembre en el Jardí Botànic de Valencia y se enmarca en la Presidencia de España del Consejo de la Unión Europea.
La naturaleza es fundamental para la salud de las personas. Sus beneficios son especialmente importantes para los habitantes de las ciudades, rodeados de asfalto y hormigón y sometidos a los efectos del cambio climático y la contaminación atmosférica.
Teniendo en cuenta que, en la actualidad, las zonas urbanas albergan a más del 70 % de la población de la Unión Europea, es especialmente necesario repensar nuestro modelo de ciudad para garantizar la salud y la calidad de vida de sus habitantes. Para ello, necesitamos ciudades más verdes y biodiversas. La ciencia lo avala.
La presencia de árboles en nuestras calles refresca el ambiente entre 2 y 8ºC, haciendo más soportables las cada vez más frecuentes, olas de calor. Además, las hojas de las plantas son una depuradora gratuita que absorben contaminación y CO2 y contribuyen a reducir las más de 320.000 muertes prematuras que la contaminación atmosférica provoca en Europa al año.
Los árboles son el elemento vertebrador de la infraestructura verde y ayudan a paliar los efectos del cambio climático y la contaminación, de una forma más eficiente y barata que los sistemas tecnológicos.
Además, la vegetación también ayuda a regular los flujos de agua, protegiéndonos frente a las inundaciones.
También contribuyen a reducir la contaminación acústica, que puede afectar de distintas formas a la salud, produciendo molestias, trastornos del sueño, efectos perjudiciales en los sistemas cardiovascular y metabólico, y deficiencias cognitivas en los niños.
El contacto con espacios verdes contribuye a mejorar la salud física y mental. Enfermedades como el asma, la obesidad o trastornos como el TDAH y la falta de vitamina D están ligados con el sedentarismo, la reducción del contacto con la naturaleza y la falta de estímulos durante el desarrollo infantil. Crecer y estudiar cerca de zonas verdes ayuda a desarrollar la creatividad y la imaginación, mejora el rendimiento escolar y facilita la práctica del ejercicio físico.
Se estima que cerca de 43.000 muertes anuales en Europa podrían prevenirse si se siguieran las recomendaciones internacionales sobre actividad física, acceso a espacios verdes y niveles de contaminación del aire, ruido y calor en las ciudades.
Asimismo, la biodiversidad se relaciona positivamente con la calidad de vida, al mismo nivel que el poder adquisitivo. Esto es lo que concluyó un estudio de investigadores alemanes publicado en 2011, que analizó el nivel de satisfacción con su vida de los ciudadanos europeos. Desde hace unos años, el índice de aves comunes es uno de los indicadores de calidad de vida que utiliza Eurostat, la Oficina Estadística Europea. Existe evidencia científica de que las personas que viven en barrios con más aves, árboles, plantas y arbustos son menos propensas a sufrir depresión, ansiedad y estrés. Y, por lo tanto, son más felices.