El género Cortaderia

El género Cortaderia cuenta con más de 20 especies nativas de Sudamérica, de las cuales al menos dos, C. selloana y C. jubata, han sido introducidas en otras partes del mundo principalmente como ornamentales, y también para controlar la erosión, como barrera contra el viento, etc.

Cortaderia selloana es, probablemente, la más conocida en el Arco Atlántico. Tal y como refiere el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, en su ficha sobre Cortaderia, la primera referencia de presencia de esta especie escapada de cultivo en España es del año 1969, correspondiendo a un pliego del herbario de Enrique Loriente, actualmente depositado en el Real Jardín Botánico de Madrid, con material herborizado en Liencres (Cantabria).

En su área de origen, América del Sur, se la encuentra en zonas de clima templado y oceánico, con inviernos suaves, como son las pampas argentinas y del sur-este de Uruguay. Allí forma parte de comunidades de herbáceas llamadas pajonales, aunque también forma parte de comunidades ribereñas. En la costa chilena de clima mediterráneo crece en depresiones dunares y en comunidades arbustivas con presencia de agua salobre.

¿Cómo ha llegado?

Vías de entrada y vectores de expansión

¿Por qué se convierte en invasora?

Atributos del “buen invasor”

Las especies del género Cortaderia poseen una gran capacidad invasiva y transformadora del medio, afectando tanto a espacios protegidos y hábitats de interés comunitario de zonas costeras y sistemas fluviales, como a zonas alteradas por el ser humano. Concretamente, la especie C. selloana se ha convertido en un problema de gran importancia en el Arco Atlántico. La principal razón de su éxito radica en sus amplios requerimientos en cuanto al hábitat, su crecimiento vigoroso y prolífica producción de semillas dispersadas por el viento. Las semillas pueden germinar en una amplia variedad de condiciones ambientales, aunque la tasa de germinación es mayor a la sombra, en suelos arenosos y con alta disponibilidad de agua, pero puede germinar a pleno sol, en suelos con bajo contenido en arenas y poca agua.

Las especies del género Cortaderia poseen una gran capacidad invasiva y transformadora del medio, afectando tanto a espacios protegidos y hábitats de interés comunitario de zonas costeras y sistemas fluviales, como a zonas alteradas por el ser humano. Concretamente, la especie C. selloana se ha convertido en un problema de gran importancia en el Arco Atlántico. La principal razón de su éxito radica en sus amplios requerimientos en cuanto al hábitat, su crecimiento vigoroso y prolífica producción de semillas dispersadas por el viento. Las semillas pueden germinar en una amplia variedad de condiciones ambientales, aunque la tasa de germinación es mayor a la sombra, en suelos arenosos y con alta disponibilidad de agua, pero puede germinar a pleno sol, en suelos con bajo contenido en arenas y poca agua.

Elevada resistencia y adaptabilidad

Las plantas adultas resisten las heladas, las altas temperaturas estivales, la luz solar directa, la sequía moderada y la exposición a los vientos procedentes del mar. En condiciones de estrés hídrico, maximizan la toma de agua incrementando la biomasa de las raíces y reduciendo la biomasa aérea.

Reproducción sexual y vegetativa

Tiene un crecimiento muy vigoroso y una prolífica producción de semillas, de dispersión principalmente anemócora. Puede reproducirse vegetativamente por fragmentos de raíz con capacidad de rebrote

En el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras están contempladas todas las especies de Cortaderia y, en cumplimiento de la mencionada normativa, se ha elaborado y aprobado una “Estrategia de gestión, control y posible erradicación aplicable del plumero de la Pampa (Cortaderia selloana) y otras especies de Cortaderia”. En Europa, C. selloana ha sido también catalogada como invasora en Portugal, Italia y Francia y se considera una de las “100 peores especies invasoras” de la base de datos DAISIE. Sin embargo, sólo C. jubata está incluida en el Listado de Especies Exóticas Preocupantes para la Unión Europea.

Descripción de la especie

Plumero, hierba de la Pampa, carrizo de la Pampa, Cortaderia

Se trata de una planta gramínea perenne que forma robustas macollas de hasta 3 o 4 metros de altura, constituidas por largas hojas acintadas, estrechas y largas, planas y glaucas, de sección transversal en ‘V’ y de color verde-azulado, con las puntas rizadas. Además, son coriáceas, con bordes aserrados, de tacto áspero y cubiertas por cristales de sílice, lo que las hace cortantes y poco palatables para los herbívoros.

Tanto la polinización como la dispersión de semillas se producen por el viento. Cada flor puede producir miles de semillas por ciclo reproductivo. Las semillas producidas por las plantas femeninas están cubiertas con largos pelos que las hace ideales para la dispersión aérea a largas distancias mediante el viento; además, estos pelos permiten a las semillas adherirse a superficies rugosas, facilitando también su transporte por otros medios. Los individuos con flores hermafroditas no presentan la capacidad de producir semillas pilosas, lo que disminuye su capacidad de dispersión a través del viento (anemocoria).

Sus flores se disponen en espiguillas de alrededor de 20 milímetros de longitud. Cada espiguilla tiene entre cuatro y seis flores. Los penachos florales, de aspecto plumoso (panículas), presentan un color plateado o ligeramente rosado y tienen una longitud de más de 30 centímetros. Existen plantas femeninas y plantas hermafroditas. Las hermafroditas funcionalmente actúan como donantes de polen, y su producción de semillas es mucho menor. Además de la propagación por semillas, el plumero tiene capacidad para reproducirse asexualmente por fragmentación de la cepa a partir de fragmentos de raíz con capacidad de arraigar.

El ciclo anual de Cortaderia selloana tiene seis fases fenológicas. En verano es cuando florece, siendo más reconocible. Produce las semillas en otoño, momento en el que es potencialmente más peligrosa para el medio ambiente.

Durante su primera fase de asentamiento, el plumero presenta una escasa capacidad para competir con otras especies de flora. Sin embargo, una vez alcanzada la madurez, la planta tiene una elevada velocidad de crecimiento y de ocupación del espacio, que resulta clave en el proceso de colonización e invasión. La disposición de los ejemplares adultos formando macollas dificulta (hasta llegar a impedir) el asentamiento de especies autóctonas, tanto herbáceas como leñosas.

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