Si el 31 de mayo publicábamos que el Comité de Agricultura del Parlamento Europeo había rechazado la propuesta de la Comisión Europea sobre prohibir el uso de plaguicidas en las llamadas Superficies de Interés Ecológico (SIE)-áreas supuestamente reservadas a la naturaleza dentro de las explotaciones agrarias-, hoy el pleno europarlamentario ha aplicado mayor rigor técnico en la votación, cuyo resultado permite que la propuesta de la Comisión Europea siga adelante.
Los pagos por SIE se incorporaron a los pagos de la Política Agrícola Común (PAC) en 2013 como parte de los pagos directos, como “pagos verdes” o “greening”. Las explotaciones agrarias de más de 15 hectáreas debían destinar 5% de superficie en pos de la biodiversidad. No obstante, en el diseño inicial no se incorporaron medidas de gestión obligatorias para estas superficies, por lo que la Comisión Europea concluyó que se haría una evaluación tras el primer año de funcionamiento de las medidas del “greening”, para analizar su eficacia. Tras la revisión de numerosos estudios e indicadores oficiales, la Comisión Europea ha determinado que, en orden de cumplir los objetivos de designación de las SIE y garantizar un uso responsable del dinero público, no debe permitirse el uso de plaguicidas en estas áreas.
A pesar de la evidencia científica, y de la coherencia programática, ha habido mucha presión para que no se incluyeran restricciones de gestión en las SIE, entre otras cosas, porque se han estado considerando como parte del plan de cultivo de las explotaciones con un objetivo más productivo que ambiental. Prueba de ello es que, pese a que la obligación de designación de SIE era del 5%, más del 10% del total cultivable de la UE está siendo declarado como SIE.
A pesar de que la votación ha dado como resultado que no se podrán utilizar plaguicidas en SIE, se trata de una victoria por defecto. En realidad han faltado 15 votos para alcanzar la mayoría necesaria para tumbar la propuesta de la Comisión Europea sobre esta prohibición. Cada voto en contra y abstención han sido determinantes para permitir que la propuesta de la Comisión Europea salga adelante y no se sigan invirtiendo miles de millones de euros de dinero público en pagos que no logran su objetivo ambiental, en especial de protección de la biodiversidad ligada a medios agrarios.
Gracias a los sistemas democráticos de los que contamos en Europa, hoy ha ganado la sociedad en su demanda de una agricultura realmente sostenible. Desde WWF, SEO/BirdLife y la coalición de organizaciones que apoyan la iniciativa Living Land, se seguirá trabajando por mejoras en la programación de la futura PAC.
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