Las negociaciones sobre la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) avanzan a toda velocidad.
Se abre un momento clave donde una de las políticas comunitarias más importantes de la UE puede continuar por la misma senda que transita desde hace décadas con un modelo desequilibrado que agota el campo, o cambiar de rumbo hacia uno más sostenible.
En este marco, SEO/BirdLife, WWF España y Europarc-España han organizado hoy un debate sobre el futuro de la financiación de las políticas de protección de la biodiversidad en el marco del nuevo proceso de reforma de la PAC en la 14ª edición del Congreso Nacional del Medio Ambiente (Conama), donde participaron también representantes de la administración y de otras organizaciones sociales.
“La PAC ha fallado hasta ahora en el objetivo de conservar la biodiversidad. Si esta política no responde a los retos sociales, ambientales y climáticos pendientes podemos poner en serio riesgo nuestra capacidad de producir alimentos”, afirma Celsa Peiteado, coordinadora de Política Agraria y Desarrollo Rural de WWF España.
Resultado del debate en la jornada, las organizaciones ambientales pidieron que la nueva PAC para el periodo 2021-2027 premie a los agricultores que conserven el medio ambiente y apuesten por la sostenibilidad, como los que trabajan en Red Natura 2000 o que con sus prácticas han generado sistemas de alto valor natural, importantes para la biodiversidad. Actualmente, la PAC destina la mayor parte de sus fondos públicos a la agricultura industrial, donde además se concentran un pequeño número de beneficiarios (el 80% de las ayudas se destinan al 20% de los beneficiarios). Este es un modelo de ayudas que ha dejado fuera a la agricultura familiar respetuosa con el medio ambiente y más vinculada al territorio.
Por su parte, los representantes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y del Ministerio para la Transición Ecológica se mostraron optimistas ante el reto ambiental, aunque subrayaron el desafío de la coordinación para el logro de los objetivos. Asimismo, los representantes de la administración destacaron la necesidad adicional de recursos humanos para gestionar los fondos que se asignen a los objetivos de la biodiversidad. “La PAC post 2020 tiene interiorizada una conciencia medioambiental muy importante que se incorporará con prácticas que favorezcan el medio ambiente y el clima”, afirmó Joaquín Rodríguez, de la secretaría general de Agricultura y Alimentación.
También en el debate, las organizaciones ambientales pusieron en entredicho las ayudas perjudiciales o con efectos secundarios negativos para los objetivos ambientales y climáticos, los denominados “subsidios perversos”, con medidas que premian la intensificación agraria por encima de la capacidad de los ecosistemas. El informe Quién contamina cobra, realizado hace unos años por SEO/BirdLife y WWF demostró, por ejemplo, que la PAC apoya más a los cultivos que más agua consumen: un cultivo de secano recibe, en números redondos, 200 euros por hectárea y año comparado con loso 600 euros de una hectárea de regadío.
Existen casos paradigmáticos, como el de los 80 euros/ha que percibe de media un propietario de pastos en la zona de la Vera, frente a los 1.400 euros/ha que se otorgan en la misma región a los cultivos de regadío. Igualmente, en dicho trabajo se puso de manifiesto los pagos siempre menores para las explotaciones ubicadas en espacios protegidos de la Red Natura 2000.
“La gestión agraria y forestal es fundamental para la conservación de los valores ambientales en hasta un 80% de la superficie de los espacios protegidos de la Red Natura 2000, y asimismo, la evaluación de la Estrategia Europea de Biodiversidad destaca el papel de la agricultura como factor clave para frenar el declive”, ha recordado Ana Carricondo, coordinadora de los programas de conservación de SEO/BirdLife. En nuestro país, con el 28% de su superficie terrestre en Red Natura 2000, las necesidades financieras de la Red Natura 2000 con una intensidad de gestión media son de 1.452 millones de euros al año, es decir, aproximadamente 100 euros por hectárea.
Sin embargo, y a pesar de que la PAC es una política crucial para la naturaleza, el presupuesto que se destina a la misma es claramente insuficiente. Por ello, las organizaciones de la sociedad civil convocantes reclaman que en la futura PAC el 50% del presupuesto se destine a financiar objetivos ambientales y climáticos, incluyendo un apoyo específico y más eficaz a las explotaciones en Natura 2000 y a los Sistemas de Alto Valor Natural, como las dehesas, que se mejoren los sistemas de seguimiento de las intervenciones y que se eliminen los subsidios perversos para la biodiversidad.
“Aumentar los recursos económicos, pero también los recursos humanos, es imprescindible para alcanzar la gestión eficaz de la Red Natura 2000, herramienta clave para la conservación de la biodiversidad. En España, el país que más contribuye superficialmente a la Red europea con la mayoría de los planes de gestión aprobados, estamos en un momento estratégico para incidir en el nuevo Marco de Acción Prioritario para la financiación de la Red Natura 2000 elaborado a partir de las prioridades establecidas por cada comunidad autónoma”, destacó Marta Múgica de Europarc.
Finalmente, las organizaciones de productores denunciaron el escaso apoyo que reciben e incluso la penalización de los productores que cuidan la biodiversidad, y reclamaron un enfoque integral de las explotaciones que reconozca su valor ambiental.