En las mismas han participado representantes de la Administración, la ciencia, las empresas y la sociedad civil de esta comunidad

Desde la sociedad civil, se defiende que el despliegue renovable vaya acompañado de medidas de eficiencia energética y de reducción del consumo, y que se minimice la necesidad de proyectos de grandes dimensiones en suelo rústico

SEO/BirdLife ha lanzado este otoño sus primeras Jornadas sobre Renovables Responsables Autonómicas centradas en un despliegue energético renovable que tiene que ser compatible con la conservación de la biodiversidad y respetuoso con las comunidades locales, en el contexto actual de inestabilidad energética y crisis ecológica. El presente y futuro de las energías renovables en Castilla y León ha sido objeto de análisis en la segunda de estas jornadas en la que personas expertas y actores clave del ámbito político, económico y social han debatido en dos mesas redondas sobre cómo hacer una transición a las energías limpias compatible con la biodiversidad y que no deje a nadie atrás.

Para SEO/BirdLife es imprescindible un despliegue rápido de renovables ordenado, justo y responsable, apoyado tanto por la administración pública como por los promotores, y complementado por la reducción del consumo energético y el fomento de la economía circular.

Juan Carlos Atienza, responsable de Gobernanza Ambiental de SEO/BirdLife, apuntó en el encuentro que “nos encontramos ante el gran reto de descarbonizar la economía lo más rápido posible, y hacerlo sin afectar negativamente a la biodiversidad. Es un momento clave, con muchas inversiones, muchas posibilidades de desplegar renovables, y es necesario hacerlo bien.”

Por su parte, Jose Ángel Arranz Sanz, director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de Castilla y León señaló que “hay una percepción muchas veces negativa frente a este tipo de proyectos en las zonas rurales por la preocupación de las repercusiones económicas y sociales que tienen en las zonas afectadas.”

Aparte de ellos, han participado en la jornada César Rodríguez Delgado, jefe de Servicio de Ordenación y Planificación de la D.G. de Energía y Minas de Castilla y León; Gonzalo Pérez, coordinador de Medio Ambiente en IGNIS Energía; Rodrigo Santamaría, doctor en Ingeniería Informática y miembro de Rebelión Científica; Eugenio Baraja, profesor en la Universidad de Valladolid e investigador en GIR Mundo Rural; Rodrigo San Millán, técnico del Dpto. de Medio Ambiente de Red Eléctrica de España; Amaya Gómez, delegada de UNEF en Castilla y León; Ana Carricondo, coordinadora del Programa de Conservación de SEO/BirdLife; Mariano Martín, profesor en la Universidad de Salamanca e investigador en GIR Ingeniería de Procesos y Productos Sostenibles (PSEM3), y Soledad Montero, técnico de consumo en la Confederación de Consumidores y Usuarios.

El boom de las renovables

Durante el encuentro, que tuvo lugar el pasado 22 de noviembre, quedó claro que, ante el boom de las energías renovables, es imprescindible hacer un desarrollo ordenado, consensuado y coordinado con criterios técnico-científicos, ambientales, territoriales y sociales. Y en este desarrollo entran en juego todos los actores: la ciudadanía, que puede tener un papel protagonista en el sistema energético y a la vez apostar por reducir el consumo; los promotores, con la responsabilidad de elegir bien la ubicación y el diseño de los proyectos; las administraciones, que deben ordenar y coordinar todo el proceso; las organizaciones de la sociedad civil, con la labor de informar, concienciar y divulgar a la sociedad, y la ciencia, como suministradora de conocimiento riguroso para la toma de decisiones.

El amplio y rico debate puso encima de la mesa numerosas cuestiones y dio como resultado demandas y posiciones:

  • Hay que minimizar la necesidad de proyectos de grandes dimensiones en suelo rústico, y de gestionar la demanda para que no sea un simple cambio de modelo de fuente de energía.
  • Las subestaciones tienen un efecto “llamada” que provoca la concentración de proyectos.
  • Es fundamental que exista una zonificación actualizada para dirigir a los promotores hacia zonas de baja sensibilidad ambiental, vinculadas tanto a espacios como a especies, destacando las zonas blancas donde claramente se deberían ubicar los nuevos proyectos renovables.
  • El autoconsumo, individual y colectivo, va a desempeñar un papel clave en la transición energética, fomentando la generación distribuida más sostenible y justa frente al modelo predominante de los macroproyectos, y poniendo a los consumidores en el centro.
  • Es clave evaluar no sólo el impacto sobre la biodiversidad, sino también la afección de los proyectos sobre el paisaje, entendido como espacio de vida con sus dimensiones cultural y patrimonial, pero también social.
  • Desde la sociedad civil, se defiende que el despliegue renovable vaya acompañado de medidas de eficiencia energética y de reducción del consumo, hilando con el potencial que tiene la economía circular para reutilizar materiales y reaprovechar residuos.
  • Desde la investigación, se ofrecen herramientas modelizadas que pueden ayudar a la toma de decisión, con alternativas tecnológicas “verdes” allí donde no sea posible electrificar, aunque a gran escala y sin criterios estrictos de sostenibilidad plantean reticencias.

Se vio, a su vez, la necesidad de simplificar y agilizar las tramitaciones para el autoconsumo (también para las comunidades energéticas), así como homogeneizar los criterios y trámites entre comunidades autónomas y ayuntamientos de la misma provincia para empresas, instaladores y consumidores finales, y hace falta concienciación social.

Además, dado que, lamentablemente, no se ha trabajado tan rápido y ágil en las comunidades autónomas como se necesitaba, resulta primordial que lo que queda por delante se haga lo mejor posible. Para Ana Carricondo, coordinadora del Programa de Conservación de SEO/BirdLife, “tiene que haber una planificación estratégica con criterios estandarizados a nivel estatal para mantener una política coherente entre las comunidades autónomas”. 

Instalación eólica.Imagen de Oimheidi en Pixabay

 

El panorama energético en Castilla y León

Castilla y León ha sido tradicionalmente una región generadora y exportadora de energía por la importancia de sus reservas de carbón (centrales térmicas) y sus recursos hídricos (grandes centrales hidroeléctricas). En los últimos años -expresaba Eugenio Baraja, de la Universidad de Valladolid- se ha seguido una importante estrategia de implantación de energías renovables (primera autonomía en energía eólica instalada y sexta en fotovoltaica), aprovechando unas características muy favorables del territorio (amplia extensión, importante infraestructura eléctrica existente, variedad de recursos naturales disponibles y condiciones térmicas óptimas para el rendimiento de las plantas fotovoltaicas), lo que ha permitido crear un importante tejido empresarial asociado y generar empleos, también en los entornos rurales.

Castilla y León se mantiene un año más como la comunidad con mayor potencia instalada en lo que respecta a energías renovables (95% de los 12.195 MW que componen el parque de generación), tal y como apuntó César Rodríguez Delgado, de la D.G. de Energía y Minas de Castilla y León. Actualmente, la potencia renovable instalada en Castilla y León para la energía eólica es de unos 6.500 MW (22% del total nacional) y para la energía fotovoltaica de unos 1.200 MW (7% del total nacional).

Tal y como se especificó en la jornada, Castilla y León, de cara a reducir la afección ambiental y agilizar la tramitación para el desarrollo de energías renovables ante la avalancha de proyectos (recibe 300 expedientes anuales) ha generado una cartografía donde establecer áreas de exclusión vinculantes para la instalación de proyectos renovables (desde el punto de vista ambiental, quedan excluidas la Red de Áreas Naturales Protegidas y áreas críticas de especies protegidas), así como zonas sensibles para distintos grupos de especies de fauna (rapaces planeadoras y aves esteparias, ya publicadas).

Castilla y León ha acordado actuaciones de acuerdo con una alternativa intermedia -apuntaba Rodrigo San Millán, técnico de Red Eléctrica de España- que propone utilizar al máximo la red existente. La región se ha marcado el objetivo de llegar en los próximos cuatro años a 7.300 MW para energía eólica (lo que supone un incremento de 1.000 MW) y a 3.000 MW para energía fotovoltaica (lo que supone un incremento de 2.000 MW). En 2020 se creó una Mesa de Autoconsumo – tal y como resaltó Amaya Gómez, de UNEF en Castilla y León-, y existe el objetivo de llegar desde los 85-90 MW actuales a unos 260 MW en 2026. Gracias a las ayudas del NextGenerationEU lanzadas en enero 2022, se han recibido en la región alrededor de 10.000 solicitudes para instalaciones de autoconsumo.

Más información: Renovables Responsables – SEO/BirdLife

Vídeo Jornada Renovables Responsables en Castilla y León

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