Habitante característico de los paisajes abiertos o semiarbolados, la lechuza común se instala gustosamente en una gran variedad de hábitats, desde áreas esteparias a dehesas, además de humedales, zonas suburbanas y campiñas arboladas. Evita, en cambio, los bosques muy densos, así como las zonas muy montañosas, donde no aparece o escasea notablemente por encima de los 800-1.000 metros.
Como depredadora generalista, su dieta se compone de una amplia variedad de la fauna local, si bien muestra una marcada preferencia por los micromamíferos, como ratones de campo, ratas, topillos y musarañas (dibujo 4). Captura con frecuencia pequeñas aves —sobre todo en los dormideros—, así como grandes insectos, anfibios y reptiles. Una particularidad de la especie es su elevada tasa metabólica, que la obliga a ingerir grandes cantidades de alimento, muy superiores a las que requieren otros depredadores alados de similar tamaño.
Su largo periodo reproductor se prolonga, normalmente, de marzo a octubre, aunque se ha documentado la existencia de nidadas en todos los meses del año. Esta peculiaridad se debe, en gran medida, a la marcada tendencia de esta rapaz a instalarse en la vecindad del hombre, generalmente en emplazamientos muy resguardados, como desvanes, graneros, cámaras de aire, almacenes, etc., aunque también son muchas
las lechuzas que ocupan cantiles rocosos, canteras y árboles huecos. El nido —como es costumbre habitual entre las rapaces nocturnas— carece
de estructura alguna y puede ubicarse directamente sobre el suelo, aunque prefieren situarlo sobre alguna repisa o montículo. La puesta consta de
cuatro a siete huevos incubados por la hembra durante 30 o 31 días a partir del primero. Si las condiciones lo permiten y las presas abundan, las lechuzas pueden realizar una segunda puesta; son habituales, igualmente, las puestas de reposición en caso de pérdida de la nidada. Los pollos nacen de manera asincrónica y establecen pronto una jerarquía a la hora de acceder al alimento (dibujo 5), que puede suponer la muerte de los más pequeños de la pollada. Las cebas suelen realizarlas ambos progenitores, aunque el macho, habitualmente, se limita a aportar las presas a la hembra para que esta las despedace y alimente a las crías. Las jóvenes lechuzas vuelan con 50-55 días de vida, aunque no serán independientes hasta 3-5 semanas después.