Volvemos a alzar la voz por unas renovables responsables
Mañana, una vez más, nuestra organización reclama renovables respetuosas con la biodiversidad y con la gente. Es hora de que las empresas actúen de forma responsable. Es hora de que las ciudades hagan su parte, el campo no puede ser su enchufe.
Las renovables responsables son la única receta para luchar contra el cambio climático y frenar la pérdida de biodiversidad. Son viables y son positivas. Solo hace falta querer hacerlo bien.
En 1993, cuando el desarrollo renovable era incipiente en nuestro país, SEO/BirdLife alzó la voz por primera vez, ante la construcción de la primera gran planta eólica en España, en Tarifa (Cádiz). Se ubicaba en pleno corredor migratorio, uno de los principales del mundo.
Ese año, acuñamos el término renovables responsables, responsables con la naturaleza y con la gente. Desde entonces, trabajamos para que sea una realidad, y lo hacemos junto a múltiples expresiones ecologistas y conservacionistas preocupadas por los impactos ambientales de los desarrollos energéticos en sus respectivos territorios, compartiendo reivindicaciones, alegaciones a proyectos o, solo cuando ha sido necesario, acudiendo a los tribunales.
Mañana, sábado 16 de octubre, gran parte de estas organizaciones se manifestarán en Madrid, convocadas por la plataforma Aliente, por una transición urgente que beneficie a las personas y la biodiversidad. Y SEO/BirdLife alzará la voz una vez más por las renovables responsables. Por unas empresas responsables con la gente y con el medio ambiente.
Renovables imprescindibles
SEO/BirdLife considera que las energías renovables son absolutamente imprescindibles para poder afrontar los dos grandes desafíos de las próximas décadas: el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Por eso, también es absolutamente imprescindible que su necesario despliegue -en todos los tamaños- sea responsable, esto es, respetuoso con los espacios y especies de alto valor natural, y participado por la ciudadanía.
En demasiadas ocasiones, esto no está pasando. Solo en los últimos 20 meses, nos hemos opuesto a la autorización ambiental de más de 250 proyectos renovables irresponsables. Irresponsables porque plantean ubicarse en espacios protegidos. Irresponsables porque impactan a especies tan amenazadas como el águila imperial ibérica. Irresponsables porque no cumplen con la normativa y presentan estudios de impacto insuficientes (por ejemplo, se incluyen estudios de avifauna que no incluyen todo el año).
Esto no puede seguir así. Los promotores cuentan con toda la información para hacer las cosas bien, eligiendo bien la ubicación, porque el dónde importa.
Una buena orientación es la que, desde SEO/BirdLife, hemos hecho junto al CSIC.
>> Decálogo para unas renovables responsables
Esto es lo que pedimos
En Madrid, mañana y siempre, seguiremos pidiendo renovables responsables.. España tiene la oportunidad de apuntalar una transición ecológica modélica, sacando todo el beneficio de las renovables para el clima, la naturaleza y la gente. Sin renovables responsables no podremos ni afrontar el cambio climático, ni frenar la pérdida de biodiversidad. Sin la garantía de una naturaleza bien conservada, este país no podrá cumplir con sus compromisos climáticos como Estado miembro de la UE y como país firmante del Acuerdo de París. Ni ahora, ni en 2050.
Por esto alzamos la voz:
- A los poderes públicos
- Un programa ambicioso de ahorro y eficiencia energética, que haga bajar la demanda de energía. Tenemos que hacer lo mismo y más, con mucho menos.
- Un despliegue de renovables responsables bien planificado en el ¿Cómo? Para empezar, con mapas vinculantes que incluyan zonas donde no se pueden instalar renovables por su alto valor ecológico. Las CCAA deberían haberlos hecho en 2018, tal y como pedimos, pero esto sigue sin hacerse.
- Un plan sólido de medidas de protección, conservación y restauración de nuestro medio natural, para que la naturaleza deje de ser la gran olvidada.
- A las empresas eléctricas y demás promotoras
Las energías renovables solo pueden considerarse responsables si su despliegue es compatible con la conservación de nuestro capital natural. La transición energética no puede agravar los problemas asociados con la pérdida de hábitats y especies, la degradación de ecosistemas y la destrucción del paisaje que sufre España.
Un proyecto solo será responsable si se plantea sobre esta triple perspectiva:
-
Mínimo impacto ambiental.
-
Máximo beneficio social y económico para el territorio durante su periodo de funcionamiento.
-
Óptima restauración de los valores naturales al término de su vida útil.
El planteamiento que las eléctricas están haciendo para alcanzar el urgente despliegue de renovables que este país necesita, necesita mejorar. A día de hoy, los futuros parques fotovoltaicos y eólicos se están planificando errónea y mayoritariamente en suelo rústico, en lugar de priorizar el suelo industrial, urbano o urbanizable. Además, los emplazamientos elegidos parecen atender solo a criterios de máxima rentabilidad financiera. No se ponen en primera línea los criterios ambientales, a los que deben dar respuesta con responsabilidad y coherencia con la transición ecológica. De esta manera, se olvidan, de la debida solidaridad con el medio rural de los territorios que ocupan. Esta situación frena indebidamente la transición energética de todos y pone en riesgo sus propias inversiones.
Y basta ya de amenazas. Es el momento de demostrar que se está al lado de la ciudadanía, y apostando por un futuro de cero emisiones y biodiversidad bien conservada. Para llamarse verde, hay que serlo.
- A las ciudades y la ciudadanía (de las ciudades)
Que las ciudades cumplan con su parte. El campo no puede reducirse a ser la nevera, el lugar de vacaciones y, ahora, el enchufe de las ciudades. El campo, la naturaleza y el medio rural, son imprescindibles para nuestro futuro.
Es fundamental que se activen todas las herramientas para que los núcleos urbanos, donde más energía se consume, sean una parte central de la transición energética. Y es especialmente importante que se activen comunidades locales de energía, que se aprovechen todas las posibilidades de generación y distribución de energía en y dentro de la ciudad.
Es cierto que el autoconsumo en tejados y otras infraestructuras no puede cubrir las demandas de energía que tendrá el país a 2030, pero eso no significa que se pueda prescindir de ellos. No, al contrario. Serán fundamentales. Cada placa en un tejado, es una placa menos en un espacio natural.