Así buscan las aves el amor
Es San Valentín y, aunque pueda resultar un tópico, siempre hay una buena excusa para hablar de amor. O, en este caso, de cómo encontrarlo. Y como el amor está en todas partes, no está de más encontrar (o recuperar) la inspiración en los trucos que emplean algunas aves.
Conquistar con la comida
Es un clásico que nunca falla, sobre todo si la comida la haces tú. Desde luego, el recurso el funciona estupendamente a los machos de martín pescador, que suelen realizar ofrendas de pescado a las hembras para conquistarlas durante la época de cría. También los abejarucos recurren a este truco: en época de cortejo podemos ver a los machos ofrecer pequeños insectos a las hembras.
Sácate partido
Todos tenemos nuestros puntos fuertes y, a la hora de ligar, vamos directos hacia esa camisa que nos sientan tan bien. En esto, las avutardas lo tienen claro. Cuando llega el periodo de reproducción, los machos se distribuyen por el territorio y se colocan sus mejores galas. En concreto, el macho despliega todo el potencial de su plumaje e incluso da la vuelta a sus alas para acabar pareciendo una gran bola de algodón en mitad de la estepa. De esta guisa se presentan a las hembras, que se agrupan ante cada macho para elegir.
Y, si sabes cantar, hazlo
El urogallo también sabe aprovechar al máximo su plumaje en época reproductora pero añade un plus: un canto único en toda la naturaleza.
¡Baila!
El impresionante vuelo de las rapaces suma puntos en época reproductora, ya que algunas especies no dudan en realizar auténticas acrobacias en pareja. Otra famosa danza de cortejo es la del somormujo lavanco. Las parejas realizan una suerte de baile del espejo, imitando los movimientos del otro: giran a cabeza, se contonean, se alzan pecho contra pecho, sostienen con el pico plantas que arrancan del fondo… Nada que envidiar a un buen tango.

El baile de los somormujos. Imagen de Martin Mecnarowski (CC)