Amenazas del Ave del Año 2013
La pardela cenicienta figura en el Libro Rojo de las Aves de España como “vulnerable” (subespecie atlántica) o “en peligro” (subespecie mediterránea).
En el mar
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La captura accidental en artes de pesca representa su mayor amenaza, sobre todo el palangre, en cuyos anzuelos mueren enganchadas anualmente miles de aves -especialmente en el Mediterráneo- cuando se lanzan a arrebatar el cebo durante el calado de la línea.
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La sobrepesca pone en peligro los recursos alimenticios para esta y otras especies de aves marinas, así como para el conjunto del ecosistema marino.
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La contaminación afecta a la pardela cenicienta de formas diversas, al acumular elevados niveles de mercurio o ingerir partículas de plástico.
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Las crecientes variaciones que afectan al medio marino, tanto generales (cambio climático y ambiental) como específicos (previsible proliferación de parques eólicos marinos) representan un impacto destacable.
En tierra firme
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Su principal amenaza son las especies introducidas, como gatos, ratas y visones, que depredan sobre huevos, pollos y adultos. Las pardelas han vivido siempre en islas e islotes libres de estos animales, y su llegada de la mano del hombre las ha puesto en peligro, causando declives poblacionales e incluso extinciones.
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La recolección de huevos, pollos y adultos para obtener alimento y aceite, el llamado “pardeleo”, es otro de sus grandes problemas. Antaño importante, se trata de una actividad prohibida que aún se practica furtivamente en algunos lugares, especialmente Canarias.
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El desarrollo urbanístico litoral conlleva la pérdida de algunas colonias de cría y la degradación de otras. Un aspecto asociado, muy importante en el archipiélago canario, es la contaminación lumínica, que causa la desorientación y colisión de miles de pollos volantones cada año. Los tendidos eléctricos también causan choques durante las visitas nocturnas a las colonias de cría.