• Ecological Engineering’ publica un estudio de SEO/BirdLife en La Albufera que pone de manifiesto la necesidad de crear una mayor red de áreas con buena calidad del agua en el Parque Natural valenciano para mejorar su estado de conservación.

 

  • El período de estrés trófico debido a la desecación de arrozales causa una fuerte sobreexplotación de las áreas con mejor calidad de agua y hábitats de conservación prioritaria

 

  • La presión predadora de la fauna acuática exótica sumada a la de las aves aumenta la dificultad de recuperar la vegetación sumergida, pieza clave de un ecosistema acuático de buena calidad

 

  • El trabajo, publicado en Ecological Engineering, es fruto de la colaboración de SEO/BirdLife con el Instituto Cavanilles de Biodiversidad Evolutiva de la Universitat de Valencia

 

Vista general del Tancat de la Pipa en época de inundación. ©Pablo Vera-SEO/BirdLife

 

 

 

El Tancat de la Pipa es un humedal de 40 hectáreas restaurado a partir de un antiguo arrozal en la orilla norte del lago que da nombre al Parque Natural de la Albufera. En él, SEO/BirdLife, junto con Acció Ecologista-Agró, mantiene un acuerdo de custodia del territorio con la Confederación Hidrográfica del Júcar y lleva a cabo actuaciones de gestión de hábitats y seguimiento de avifauna. Los objetivos de este proyecto son intentar mejorar la calidad del agua y el estado de conservación de los hábitats y de las aves de acuerdo con las directrices marcadas por varias directivas europeas.

Cultivos en La Albufera en la época del año en la que no están cubiertos de agua. ©Pablo Vera-SEO/BirdLife

 

 

 

 

Para cumplir estos objetivos, el Tancat se estructura en un sistema de filtros verdes y dos lagunas permanentes. El hecho de mantener dos lagunas permanentes no es en absoluto un tema baladí en el contexto de La Albufera, donde la gestión de los niveles de inundación se encuentra sujeta a intereses agrícolas y cinegéticos. Durante la temporada cinegética, más de 100 motores gestionan y mantienen la inundación en los cotos de caza de aves acuáticas o vedats bombeando el agua. En febrero, una vez finalizado el período hábil de caza, el ahorro energético sirve de excusa para dejar correr el agua hacia el lago y los canales que desembocan en el mar.

 

Tras este drástico secado, desde finales de marzo y hasta mediados de mayo, las 14.000 hectáreas de arrozales de La Albufera mantienen un aspecto inhóspito en el que apenas se atisba en canales y acequias algún rasgo que recuerde su condición de humedal. Por ello, las localidades que mantienen lagunas permanentes, como el Tancat de la Pipa, suponen auténticos oasis para las aves acuáticas y en especial las migrantes. Allí encuentran un ecosistema con aguas de buena calidad, y gracias a ello, con la presencia espontánea de vegetación subacuática y macroinvertebrados acuáticos.

 

Desde el inicio del proyecto, y tras una plantación inicial, las dos lagunas del Tancat de la Pipa han mantenido una buena cobertura de macrófitos acuáticos, principalmente Myriophyllum spicatum. Inicialmente, esta vegetación siguió una dinámica típica, con una reducción de cobertura en invierno y posterior recuperación en primavera. Sin embargo, en la primavera de 2011 los macrófitos acuáticos no se recuperaron prácticamente tras el declive invernal.

 

Gracias al análisis de los datos derivados del seguimiento de la vegetación acuática realizado por el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València y del seguimiento de aves acuáticas realizado por SEO/BirdLife, ha sido posible determinar qué factores intervienen en el éxito de la recuperación de esta vegetación, así como plantear medidas correctoras. El estudio, de interesantes conclusiones, ha sido recientemente publicado en la revista científica Ecological Engineering.

 

(Rodrigo, M. A., Rojo, C., Alonso-Guillén, J.L., Vera P. 2013. Restoration of two small Mediterranean lagoons: The dynamics of submerged macrophytes and factors that affect the success of revegetation. Ecological Engineering 54: 1– 15.

Distintos tratamientos

En el estudio se realizó una plantación con macrófitos siguiendo un diseño experimental que permitió analizar el efecto de peces, cangrejos, aves acuáticas, fitoplancton y epífitos sobre dichos macrófitos en las lagunas. Para ello, sobre estas plantaciones se utilizaron distintos grados de exclusión de peces, cangrejos y aves acuáticas, midiéndose de forma paralela la presencia y abundancia de fitoplancton y epífitos. Por otro lado, se analizó el sedimento, como fuente futura de revegetación, cuantificando y determinando la viabilidad de las semillas encontradas en él.

 

Los resultados muestran que al cabo de nueve semanas, las plantaciones protegidas totalmente con malla (en la parte superior y laterales) tenían un crecimiento y ocupación máxima de vegetación acuática, mientras que en las protegidas solo por laterales (que permitían alimentarse a aves acuáticas) los macrófitos tuvieron un crecimiento mucho menor, acabando por desaparecer con el paso del tiempo. Los cultivos de las plantaciones totalmente accesibles a los agentes bióticos habían desaparecido casi por completo ya a las tres semanas.

 

Zona empleada para estudiar la evolución de las macrófitas. ©Tonyi Rodrigo

 

 

“El efecto de fauna exótica, como el cangrejo rojo y la carpa, en combinación con la alta presión herbívora ejercida por las aves acuáticas, son las principales causas que actúan conjuntamente impidiendo la revegetación natural de estas lagunas”, explica la autora líder del artículo, Tonyi Rodrigo, del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València. Además, el estudio del banco de semillas mostró que no era suficiente como para recuperar por sí mismo la cobertura inicial. La germinación de semillas, así como el rebrote de tallos y ramas de esta vegetación acuática se produce entre abril y mayo, período en que los arrozales se encuentran secos. Sin embargo, también es el momento en el que en estas lagunas, de apenas 15 hectáreas de superficie se producen grandes concentraciones de aves acuáticas que superan los 2.000 ejemplares. Es decir, más de 130 aves por hectárea.

 

Para los autores del estudio, reducir la presencia de peces exóticos ayudaría a recuperar la flora acuática. De hecho, indican que ya se está llevando a cabo.  “Para ello se ha contado con la “desinteresada” colaboración de cientos de garzas y garcetas, que el pasado verano y una vez bajados los niveles de agua, concienzudamente retiraron los peces, carpa y perca-sol, principalmente, de las lagunas”, asegura Pablo Vera, técnico de SEO/BirdLife que firma el trabajo publicado en Ecological Engineering.

 

El investigador también considera que el éxito a a medio y largo plazo podría obtenerse atajando la base del problema: reducir el período de desecación de arrozales. “Se trataría de reducir el estrés trófico de las aves acuáticas apostando por una gestión del agua que contemple las necesidades hídricas de aquellas especies por las que este espacio forma parte de la Red Natura 2000, permitiendo el cumplimiento de los objetivos ecológicos fijados en la Directiva Marco del Agua junto con los objetivos de conservación de las Zonas de Especial Protección para las Aves y de los Lugares de Importancia Comunitaria”, asegura Pablo Vera. Un aspecto en el que SEO/BirdLife trabaja activamente como miembro de la Junta Rectora de este parque natural y que tiene como próxima meta la revisión del Plan Rector de Uso y Gestión.

 

Para el experto de SEO/BirdLife, lo que este estudio enseña es que las aves acuáticas no sólo necesitan alimento, sino que también precisan de zonas de alimentación, un recurso que escasea en La Albufera, el tercer humedal más importante del país desde el punto de vista conservacionista. “La creación de una mayor red de áreas de reserva con lagunas de inundación permanente y buena calidad del agua resulta fundamental, casi imprescindible, para mejorar notablemente el estado de conservación de este humedal. No olvidemos que sin alimento para las aves acuáticas y su descendencia, las aves reproductoras buscan otro lugar. Y que en el Tancat de la Pipa son las especies que se benefician del buffet libre en la época de mayor estrés trófico en Albufera las que consiguen medrar. No es casualidad que la mitad de parejas de pato colorado o focha común de todo el parque natural, y las únicas de ánade friso y cuchara europeo, escojan el Tancat para reproducirse”, afirma Pablo Vera.

 “¿Hasta dónde podríamos llegar con una red de pequeñas reservas con aguas de buena calidad y libres de fauna exótica? Posiblemente, al pasado, cuando La Albufera mostró su mayor esplendor”, concluye Pablo Vera. De momento, el Tancat de la Pipa, gracias a la restauración llevada a cabo en los últimos años, es el rincón de la Albufera que más se parece al original. SEO/BirdLife y Acció Ecologista Agró gestionan el espacio y mantienen abierto un centro de interpretación por el que han pasado ya 20.000 visitantes y voluntarios.  El centro acaba de abrir la nueva temporada de actividades.

 

 Campaña Alas sobre Agua

Los estudios en el Tancat de la Pipa se enmarcan dentro de la campaña Alas sobre agua   de SEO/BirdLife. Es una iniciativa que tiene como objetivo principal la conservación de los humedales más importantes para las aves y la biodiversidad.

SEO/BirdLife forma parte de BirdLife International, una de las cinco Organizaciones Internacionales Asociadas y reconocidas en el Convenio Ramsar de protección de humedales a nivel mundial.

 

 

 

Comparte