En todas las regiones donde aparece, el cuervo está presente en la mitología, en las tradiciones y hasta en los ritos religiosos. En Europa, su imagen se ha asociado con los malos presagios y la brujería, lo que, unido a su fama de predador de especies útiles para el hombre, ha propiciado su persecución. Sin embargo, el más grande de los paseriformes se comporta como una criatura acomodadiza y hábil, capaz de aprovechar los más variados recursos y de instalarse en todo tipo de hábitats, a condición de que dispongan de lugares apropiados para nidificar.
El rasgo más llamativo del cuervo es, sin duda, su colosal tamaño, que lo convierte en el representante más voluminoso del orden de los paseriformes. Dentro de su anatomía destaca sobre todo el pico, notablemente largo, robusto y grueso. Por lo demás, luce un plumaje homogéneamente negro, con algunos brillos metálicos (dibujo 1). El vuelo de este enorme pájaro es lento y suele intercalar aleteos con largos planeos, que el ave ejecuta gracias a sus largas alas apuntadas y a su cola en forma de cuña (dibujo 2).
Canto
De voz profunda, ronca y metálica, el cuervo utiliza como reclamo más frecuente en vuelo un agr muy grave, y como sonido de alarma emite un crack-crack-crack más rápido y duro. Como sucede habitualmente en la familia de los córvidos, es capaz de producir numerosos sonidos parecidos a parloteos cortos y roncos, con los que se comunica con otros ejemplares.
Dónde vive
En el mundo
Ampliamente distribuido por todo el hemisferio norte, se localiza en gran parte de Norteamérica, Eurasia y el norte de África, siendo las poblaciones canarias las más meridionales. Se reconocen varias subespecies.
En España
Este pájaro se extiende por casi todo el territorio peninsular, donde solo escasea o falta en buena parte de la Meseta sur y el valle del Guadalquivir, así como en los enclaves menos abruptos de Almería y Murcia. En Galicia resulta más común en las costas y aparece de forma irregular hacia el interior. Las mayores densidades de la especie se alcanzan en áreas abruptas y montañosas, al igual que en ciertos puntos acantilados de las costas. Está presente también en ambos archipiélagos y en Ceuta. En territorio español existen tres subespecies, de las cuales hispanus ocupa la Península y Baleares, en tanto que en Canarias se localiza la subespecie endémica canariensis, y en Ceuta habita la raza tingitanus, instalada en el norte de África.
Desplazamientos
En general, la especie se comporta como sedentaria, si bien los inmaduros tienden a realizar desplazamientos dispersivos bastante considerables. Las poblaciones más norteñas, sin embargo, ejecutan movimientos hacia el sur y el oeste de Europa durante la estación invernal.
Población
En Europa se estima una población de 280.000-1.400.000 parejas reproductoras, mientras que en el territorio nacional se calcula que existen entre 60.000 y 90.000 parejas. La tendencia poblacional no ha sido comprobada, aunque se sabe que los efectivos de este córvido han sufrido una fuerte reducción en los últimos 40 años como consecuencia de las campañas de exterminio de predadores. El estado actual y la evolución de las poblaciones de la subespecie canaria, sin embargo, sí han sido recientemente estudiados, debido a lo delicado de su situación. Gracias a ello se han obtenido los siguientes datos sobre el número de parejas existentes: 36-55 en Lanzarote; 70-160 en Fuerteventura; 20-25 en Gran Canaria; 100 en La Gomera; 90-100 en El Hierro; 25-30 en La Palma; 5 en Alegranza; 1 en Montaña Clara; 3 en La Graciosa; y 1-2 en Lobos. En total, los efectivos de este endemismo no superan las 400 parejas, lo que refleja la significativa tendencia negativa que viene padeciendo en los últimos años.
Cómo vive
Hábitat
Aunque puede localizarse en una gran variedad de hábitats, su distribución está en cierta medida condicionada por la disponibilidad de cortados rocosos donde nidificar, motivo por el cual resulta mucho más común en regiones abruptas en las que abunden los tajos, cantiles y farallones, independientemente de su altitud. Allí donde escasean los emplazamientos rocosos puede construir sus nidos en grandes árboles, torres de construcción eléctrica e incluso edificios abandonados, lo que le permite ocupar parajes menos abruptos.
Alimentación
Oportunista, muy versátil y con una cierta capacidad predadora —dado su tamaño—, el cuervo es capaz de alimentarse casi con cualquier cosa que se ponga al alcance de su recio pico. Así, desde invertebrados de todo tipo hasta placentas, pasando por grano, carroñas diversas, micromamíferos, pollos y huevos de otras aves o frutos, pueden formar parte de la dieta de este fornido córvido, según el lugar y la estación.
Reproducción
Su periodo reproductor comienza temprano, en febrero, y se inicia con acrobáticos vuelos por el territorio, tras los cuales la pareja procede a la instalación del nido, normalmente en una inaccesible repisa o grieta de la roca. Este consiste en una desordenada plataforma de palos, ramas y raíces, revestida internamente con una compacta capa de materiales suaves y cálidos, como lana, plumas y musgo. La única puesta que realiza al año, de entre cuatro y seis huevos de color azul claro, suele tener lugar en marzo. La incubación, que dura 18-21 días y corre principalmente a cargo de la hembra, se inicia antes de que la puesta esté completa, por lo que el nacimiento de los pollos es asincrónico y define una estricta jerarquía entre los hermanos. En la alimentación y el cuidado de la prole participan ambos progenitores, los cuales seguirán cebando a los pollos varios meses después de que estos abandonen el nido, lo que ocurre a los 38-50 días.
Amenazas y conservación
El cuervo ha tenido siempre una injusta fama de especie perjudicial para la fauna cinegética y hasta para el ganado doméstico, y con frecuencia se le ha acusado de todo tipo de desmanes. Por esta razón, sin fundamento real, ha sido perseguido con saña mediante todo tipo de métodos, desde el expolio hasta el veneno. En la actualidad, esta presión ha disminuido considerablemente, pero todavía mueren muchos ejemplares por culpa de envenenamientos ilegales, disparos o accidentes en tendidos eléctricos, a pesar de lo cual sus poblaciones parecen mantenerse. Mucho más delicada es la situación para la subespecie endémica canaria, catalogada como “En peligro” en el Libro Rojo de las aves de España. Apenas 400 parejas sobreviven en este archipiélago, acosadas por los mismos problemas que afectan a los cuervos en la Península y por los profundos cambios experimentados en los usos agroganaderos de las islas, hoy sustituidos por actividades mucho más impactantes.
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